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MEDITACION e información del Curso de Magio .
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Disponible hasta 11 de marzo de 2016
Disponible hasta 11 de marzo de 2016
Magio,
mensaje del Rosario marzo 3 de 2016
María Virgen
Mis hijitos queridos muy buenas noches, soy María Virgen madre de Dios y
madre vuestra, reciban todos ustedes mis hijos mi bendición, la bendición de
Dios Padre Todopoderoso.
Cuando Dios me regaló el título de Madre me sentí profundamente feliz de
poder acompañarlo en esa visión de compañera de mi hijo, de compañera de mi
Padre Celestial y poder acompañar el camino de mis hijos en la Tierra y quien
más que alguien que ha podido compartir la vida, que ha podido compartir la
alegría, el sufrimiento en la Tierra, puede saber como sabemos mi hijo y yo en
la mención del amor de Dios lo que ustedes pueden vivir y sentir.
Muchos de las guías espirituales desde el cielo que los acompañamos
hemos tenido ese paso por la Tierra para poder entenderlos aún más y saber lo
compleja que es la vida; saber que la vida tiene momentos supremamente
difíciles, cómo el miedo puede gobernarlos en algunos momentos y cómo pareciera
desde esta distancia de una vida que se hace lenta que Dios está muy lejos de
ustedes. Pero siempre les hacemos mención
mis hijos en que Dios está en su corazón y que ustedes son sus hijos y que la
esencia de Dios está en cada uno de ustedes, por eso cuando se sientan
mortificados ,cuando se sientan tristes, cuando se sienten agobiados recuerden
que pueden acudir a nosotros para hallar esa paz de la que hemos hablado, ese
temple necesario para seguir adelante y seguir viendo el lado positivo de la
vida.
Nosotros alentamos con cada una de las palabras
que traemos a ustedes que puedan enfrentarse esas dificultades sabiendo que al
ver la vida desde ese orden positivo desde esa confianza en Dios, desde esa
cercanía, la maldad, el miedo, la oscuridad, todas esas cosas difíciles
sucumben frente a la fuerza de Dios y pierden ese poder. Por ello cada vez que hay un problema en su
casa, en su familia, les pido mis hijos que nos llamen y acudiremos a ese
encuentro para hacer posible la mediación, para hacer posible la transformación
que requieren.
A veces la transformación del corazón de los hombres es difícil. A veces
ascender los deseos de la vida hacia el corazón y poder superar las heridas del
pasado, poder superar el miedo, poder superar la inconformidad y la dificultad
del presente se hace posible cuando pueden
saber que estamos con ustedes. Por eso hoy hemos venido mis hijos a fortalecerlos. Hemos venido a pedirles que no
renuncien a lo que quieren, a sus sueños, que dulcifiquen sus palabras hacia ustedes mismos y hacia
el prójimo, que se permitan entender que siempre hay diferencias y que cada persona tiene su
propia verdad; para aquellas personas que ustedes consideran que están
en un error, son ustedes los que lo están y son ustedes su enemigo.
Por eso hoy los invito también como otras tantas veces lo hace mi Hijo a
que puedan evitar tener enemigos en la vida y engancharse en la vida hacia esa
pelea que significa traer enemigos a su camino.
Los invitamos a que puedan usar esa fuerza del
amor y del espíritu en pos de ustedes mismos, en pos de la liberación que
requieren, en pos de la verdad para saber que la mayor responsabilidad
que ustedes tienen ante Dios es con su propia vida no con la vida y
con la felicidad de los otros.
Por eso también mis hijos venimos a ustedes a traerles esta paz del
corazón, venimos a bendecir los alimentos que consumirán para que a través de
ellos puedan recibir esa fortaleza, esa paz, esa salud, esa reconciliación, esa
tranquilidad, esa entereza frente a la vida y se levanten mañana con una nueva
cara. Se levanten llenos de esperanza, se levanten llenos de gratitud por la
vida que tienen y porque todo en la vida por más difícil que esté, todo tiene un cambio, todo es posible ser
solucionado en la Gracia del Padre.
Los bendigo mis hijos y les entrego mi Manto Sagrado para que lo porten
siempre, en todo lugar; comosiempre les pido
por la paz, porque puedan hacerse
partícipes desde el corazón de esa paz para entender que
independientemente del color que porten unos u otros en sus creencias o quién
está bien o quién está mal, cuando pueden apostar a la paz saben que lo mejor que le puede pasar a un país es que sus
hermanos se lleven bien, lo mejor que le puede pasar a una casa es que
sus padres, sus hermanos, sus hijos se lleven bien. Por eso al ver este país
como su seno, el poder ustedes mirarlo y traerlo a ustedes en la paz del
espíritu, esa luz del Padre podrá hacer posible que el camino de este país este
dado en esa reconciliación, por eso no
dejen de soñar con esa reconciliación entre hermanos, no dejen de soñar
con esa comprensión y con la
justicia y la verdad que viene desde Dios no para castigar sino para perdonar y
para hacer posible que haya equidad, que haya verdad, que haya un proceso
válido para que todos se lleven en esa armonía superando lo difícil, las
dificultades, los bandos que hubo en el pasado.
Reciban todos ustedes niños de mi corazón mi bendición y la bendición de
Dios Padre Todopoderoso, con todo mi amor el amor de Dios, yo soy María
Virgen, muy buenas noches mis hijos hasta siempre.
Jesús de Nazaret
Hermanos con ustedes Jesús de Nazaret al habla.
Es una alegría poder compartir cada semana con ustedes los presentes y
en la distancia la reflexión de la vida misma; hoy Mi Señora hacía mención a la
dulcificación de las palabras y es tan importante queridos hermanos que se
hablen a ustedes mismos con respeto, con cariño, que hablen a los demás con ese
mismo respeto y con cariño y que puedan establecer que las cosas que puedan
decir puedan estar establecidas en esa verdad pero también en ese proceso que puede
ser denso, recio en un momento pero basado en esa verdad que respeta al otro
pero que también busca el valor propio.
Por eso mismo es importante que no se dejen llevar por esas palabras de
las que en un momento se pueden llegar a arrepentir. Que puedan tratar a su prójimo de la forma como
ustedes esperan ser tratados, decirle a las otras personas la verdad de
la manera como ustedes esperan que se las dijeran y que puedan realmente
trabajar cada vez más queridos hermanos en dejar de mirar lo que los otros
pueden estar haciendo con su vida para hacerse responsables de la suya propia y
que puedan dejar de mortificarse sobre las cosas que no están pasando y dejen
de identificarse tanto con la oscuridad o las cosas difíciles que puedan tener
en este momento.
Ustedes verán si se sumergen en todo lo que les hace falta, los
mortifica y les hace sentir mal o si realmente pueden empezar a ver cuántas
maravillas y cuántas cosas tienen para agradecer al Padre pero no solamente
para que agradezcan de dientes para afuera al Padre sino para que puedan hacerlo desde el corazón y
puedan realmente retroalimentarse de ese lado positivo de lo que están
viviendo.
Ustedes saben queridos hermanos que cuando entren en esa tónica del
agradecimiento, en la tónica de desinhibirse de tanta preocupación, en esa
tónica de ver la vida como un juego y de ver la vida como una oportunidad de
experimentación maravillosa todas esas mortificaciones y problemas quedan a un
lado y dejan de apersonarse de ellos para liberarse y verse ustedes mismos bajo
esa nueva tónica como personas más tranquilas. Los problemas siempre existirán,
siempre va a haber personas que podrían tener una razón para llorar, una razón
para estar tristes, una razón para sufrir y mortificarse en la vida. De hecho
ustedes tienen muchas razones por las cuales pueden quejarse pero sé que
quieren identificarse con la gratitud, sé que quieren identificarse con la
esperanza con la alegría, sé que cada uno de ustedes le ha dado una justa
medida a esos problemas para que sientan que realmente ninguno de esos
problemas, ninguna de esas situaciones es más grande que ustedes y que aunque
todo pueda parecer difícil, cuando ustedes pueden entregar esos problemas a
Dios y entrar en ese estado de paz y en ese estado relajación y de diversión
frente a la vida, se dan cuenta que ese mismo problema al otro día lo ven más
chiquito, que ese mismo problema lo ven manejable e incluso con ustedes han
tenido problemas muy grandes en la vida y lo miran hacia atrás se aterran de
ver cuánto sufrían, cuánto se desesperaban, incluso cuando ven personas en una
situación similar a la que ustedes tenían, que ustedes pudieron superar,
empiezan a comprender a esa persona y darse cuenta cómo las oportunidades las
puede haber para solucionar esos temas y cómo esa persona no lo ve porque a
veces es más fácil ver los toros desde la barrera, porque a veces es más fácil
ver la viga en el ojo ajeno que en el propio.
Por eso es importante hermanos que puedan pedirle a Dios esa sabiduría.
Antes de permitirse dejarse llevar por todas aquellas rabias, angustias,
desesperanza, por toda esa sensación que hay en esa voz interna que les hace
sentir que la vida de ustedes es un desastre y que es terrible y que no hay
solución porque siempre la hay en la Gracia de Dios.
Y a veces queridos hermanos la solución a veces puede ser la misma
muerte para que se solucionen las cosas porque si ustedes pueden ver todo tan
oscuro, tan negro y tan difícil en la vida pues cuando se mueren descansan
ustedes y descansan a quienes dejaron a un lado. Por eso hablar de esa forma
más extrema también es una oportunidad de que ustedes dejen de mortificarse en
la vida y dejen de vivir bajo esa sensación de agobio que los amarga
continuamente.
Cada uno de ustedes sabe que los problemas que han tenido en el pasado
se han solucionado cuando ustedes se han rendido, se han solucionado cuando
ustedes sienten que ya no hay nada más que hacer y que lo único que tienen que
hacer es dejar en las manos de Dios y que Dios haga su santa voluntad y que si
eso significa el peor desenlace por lo menos descansar y por lo menos sentir
que se liberaron de esas situaciones y se dan cuenta que cuando sueltan
realmente esas situaciones difíciles y dejan que las cosas sigan el curso de la
mano de Dios empiezan las sorpresas de la vida, empiezan los cambios, las
oportunidades y empiezan a fortalecerse al sentir que el miedo que parecía tan
grande no tuvo oportunidad con ustedes y ustedes salieron de él más grandes,
más fortalecidos, más llenos de decisión frente a ese mañana y saben que ese
miedo cada vez tiene menos la oportunidad y esa voz que representa ese miedo
tiene menos oportunidad de encerrarlos, menos oportunidad de aguarles la
fiesta, menos oportunidad de hacerles ver sus sueños como lejanos y sus sueños
como una experiencia de derrota.
Saben que los sueños tienen dos enemigos que actúan en el proceso su
pensamiento y uno de los enemigos es el temor a que el sueño no se
realice y otro es el temor a que el sueño se realice y se pierda.
Realmente el sueño auténtico tiene que vencer esos dos extremos de la
vida para sentir que cualquiera que sea el resultado tú vas a apostar a tu
sueño y te vas a permitir vivirlo.
Hoy venimos queridos hermanos a apoyar sus
sueños, ¡todos tienen sueños!, lo que pasa es que muchos de ustedes han decidido vivir los sueños de
sus hijos, los sueños de sus hermanos de sus padres, las derrotas de ellos
olvidándose de sí mismos y cada uno de ustedes tiene la oportunidad de
reverdecer, de rejuvenecer en ustedes mismos y de liberarse del sacrificio que
creen que tienen que hacer para que alguien esté bien, porque no hay nada más
ingrato que ustedes puedan sentir que otra persona se sacrificó por ustedes y
yo nunca lo hice por ustedes.
Por eso siempre les digo queridos hermanos yo los liberé y los libero y
los seguiré liberando de la sensación de una culpa y un pecado que pueden tener
frente a mí. Ustedes no se sientan culpables por lo que sucedió con mi vida y
mi muerte porque fue mi elección y no tienen que sentir que la culpa gobierna
su camino para sentir que de cierta manera eso les impide mirar directamente a
Dios y sentirse especiales frente a Dios.
Dios ama la naturaleza humana con todo y su complejidad. Dios sabía sabe
y seguirá sabiendo hasta dónde puede llegar a ese ser humano en su oscuridad y
hasta dónde puede llegar ese ser humano en luz.
Por eso les bendecimos queridos hermanos y les traemos la fuerza del
espíritu para que puedan seguir sintiendo el amor a Dios y puedan reconocerse e
identificarse con su posición como hijos de Dios.
Bendecimos los alimentos, bendecimos el ejercicio que van a hacer ahora
como una forma de conexión con la espiritualidad y la manera que van a tener de
poder sentirse mejor, más sanos, poder ordenarle a su espíritu que les permita
esa experiencia maravillosa de la vida libre de los procesos duros que han elegido
vivir para que puedan aprender de una forma más fácil y puedan superar todo
aquello que karmáticamente su espíritu ha querido vivir a partir del dolor como
enseñanza y de su propio sufrimiento como enseñanza del dolor que tal vez le
hicieron pasar a alguien más.
Hoy venimos también queridos hermanos a que puedan darle la orden a ese
cuerpo para que se recupere y puedan sentirse sanos, fuertes para sentirse en
tranquilidad con su cuerpo y puedan identificarse en forma sana y armoniosa con
él.
Venimos también ayudarles a que todas esas preocupaciones que vienen del
pensamiento, los límites de las creencias que gobiernan su mente puedan ser
superadas y que esas emociones tristes, difíciles y agobiantes que se han
guardado durante tanto tiempo en su ser les permita esa paz, esa alegría del
corazón, esa frescura del pensamiento, esa sensación de tranquilidad y de
armonía para disfrutar el presente y la vida misma. Les entregamos la paz del
espíritu queridos hermanos me voy con ustedes a su casa, con ustedes Jesús de
Nazaret al habla muy buenas noches
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