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viernes, 11 de marzo de 2016

ENVIO MEDITACION e información del Curso de Magio .
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Magio, mensaje del Rosario marzo 10 de 2016

María Virgen

Mis hijitos queridos muy buenas noches, soy María Virgen madre de Dios y madre vuestra, reciban todos ustedes mis hijos amados mi bendición, la bendición de Dios Padre Todopoderoso.

Hablando mis hijos queridos de la feminidad, de poder reconciliarse con la energía femenina, la felicitación del ser mujer, queremos que puedan hacer no solamente esa reconciliación con su feminidad, que puedan saber que han venido de una madre pero también que han venido de un padre y los invito hijos de mi alma que la paz no solamente esté en el corazón o lo que significa el poder establecer esa unión como país también lo está en la reconciliación de los sexos; en esa reconciliación mis hijos y mis hijas que debe haber de lo que debe ser sagrado frente a ustedes como hombres respecto las mujeres y que debe ser sagrado respeto de las mujeres hacia los hombres.

Este llamado reiterado que hacemos a la paz es también el llamado reiterado que hacemos a las mujeres a que se puedan levantar de la actitud de víctimas frente a los hombres, que puedan elegir que no tengan que sufrir en medio de la violencia el que sean sus hombres los que más han amado o los hombres que han deseado en su camino los que procuren dolor, los que les procuren la muerte y los que les procuren en otros casos la desilusión. Por eso al levantarse en la reconciliación con lo que significa ser mujer no significa que ese levantarse hacia el orgullo de ser mujer sea competir con los hombres, sea medir fuerzas con los hombres o sea mis hijas sentir que tienen que despreciarlos o sacarlos de sus vidas.

Revisen cuánto dolor traen en su genética por los hombres, revisen cuánto sufrimiento, cuántos dolores y cuántas generaciones anteriores de mujeres generaron con su aceptación que esos hombres pudieran obrar en su contra. Bien es que había toda una estructura social de represión frente a la mujer, es cierto que durante mucho tiempo no fueron escuchadas, que durante mucho tiempo no fueron respetadas y enaltecidas como debería ser pero en mí tienen desde el comienzo de los tiempos el ejemplo de una mujer que fue enaltecidaque fue enaltecida por Dios, y que cada generación siguiente fue enaltecida por los hombres y quiero que puedan homologarse a mí frente a ese merecimiento de ser respetadas, de ser valoradas como mujeres y no ser una víctima de nadie.

Quiero invitarlas a que se reconcilien mis hijas con los errores que hayan podido cometer sus padres, por los errores que los hombres históricamente han cometido en contra de las mujeres y que en ese perdón y en esa reconciliación ustedes elijan traer hombres nuevos y buenos a su vida, que ustedes elijan que esos hombres se comporten de la manera como ustedes esperan y que se den el lugar como mujeres para que esos hombres les den el lugar también.

Los hombres necesitan ser entrenados en el valor y en el respeto no solamente de lo que significa la condición femenina sino de lo que significa su propia condición de hombres enalteciéndose, enalteciéndose no solamente en su sexualidad, enalteciéndose también mis hijos en lo que significa su palabra, su honra, su dignificación como hombres para que puedan traer a su lado a mujeres que los quieran, que los valoren, que los respeten, y que ustedes puedan recibir al mismo tiempo ese valor de sus hijos a futuro, ese valor como jefes de un clan, de toda una institución alrededor de la energía masculina del hombre.

Por eso hoy quiero convocarlas también mis hijas para que no pierdan esa fuerza femenina que consiente, que provee en el hogar la protección, la guía de los hijos, esa conciencia que debe haber respecto a la importancia y la sabiduría que Dios le ha dado tanto al hombre como a la mujer en el mundo como la importancia que un hombre y que una mujer tienen en el proceso de gestación de un hijo, de procreación de un hijo pero en el proceso de la crianza y de la guía para los hijos; por ello el que ustedes puedan mantener esa conciencia y puedan establecer esa conciencia de bajo qué parámetros van a establecer un hogar y una familia y la claridad de hacerlo en la guía de Dios hará que no tengan que sufrir separaciones, hará que no tengan que llevarse hacia el triste desenlace de sentir que la persona que amaron las abandonó, que ustedes tuvieron que abandonarla y que en ese proceso puede haber un abandono de sus hijos y que ustedes tienen que asumir el rol de hombres dentro de su casa.

Por eso muchas veces mis niños y mis niñas les decimos que ésta crianza es compartidaPídanle a Dios la sabiduría para poder guiar a sus hijos, para que puedan entender que ese Dios hace posible que haya esa conciliación y que siempre el camino más fácil es el de la destrucción y no el de construir: es fácil juzgar, es fácil enfrentarse a los hombres y sentir incluso que este mundo no debería estar lleno de hombres sino de sólo de mujeres, es fácil pensar en que Dios se equivoca al haber gestado al hombre y que acertó al haber gestado a la mujer como mucho tiempo el hombre creía que Dios se equivocaba al traer hijas al mundo y las despreciaba.

El perdón es entender que hoy ustedes y sus madres y todo un proceso de conciencia social les está dando el lugar que se merecen para que puedan sentir que tienen el mismo valor ante Dios frente a los hombres pero que son distintas como ellos son distintos y que en ese proceso cada uno fluye bajo una energía diferente que hace que como pareja puedan fluir y que puedan gestar la vida.

Quiero hijos y mis hijas traerles el Espíritu Santo para que puedan llenarse de esa comprensión, para que se puedan sentir felices de ser mujeres pero que se quiten la tristeza de lo que significa ser mujeres frente a los hombres o en la opresión de los hombres o en la falta de los hombres de tomar una posición clara frente a ustedes de verlas como unas mujeres a proteger, a respetar, a guiar, darles el lugar que se merecen dentro de sus vidas.

Pido por cada una de ustedes mis hijas para que puedan encontrar ese afecto, ese valor y ese respeto que hoy necesitan y requieren como mujeres y de la misma manera pido por cada uno de ustedes mis hijos para que reciban esa misma valoración de hombres y puedan sentirse como hombres dignificados de palabra que pueden establecer en su obra la tarea de poder sentir que son conscientes de sus actos frente no solamente a la semilla que ustedes pueden dejar en el mundo si no frente una felicidad profunda donde pueden sentir la alegría de ser amados por la mujer más especial del mundo que es la mujer que han decidido traer a su lado.

Reciban mis niños y mis niños de mi corazón mi Manto Sagrado para que lo porten siempre, para que lo porten en todo lugar, mi bendición y la de Dios Padre Todopoderoso , con todo mi amor y el amor de Dios yo soy María Virgen muy buenas noches mis hijos, hasta siempre.

Jesús de Nazaret

Hermanos con ustedes Jesús de Nazaret al habla.

Esta modificación que han hecho sobre el Avemaría el día de hoy*es muy significativa y es significativa porque ustedes han caído en cuenta de lo que rezan y de qué es lo que están diciendo y de qué manera ustedes se están identificando con Dios.

Me gusta que ya no se están identificando con los pecadores y que entiendan que el proceso de pecado ha sido instaurado desde hace mucho tiempo como una forma de dominación hacia el hombre; que el hombre pueda sentirse separado de Dios, que el ser humano como raza sienta que de alguna manera a través de lo que llaman el pecado original le falló a Dios y que es una raza impura o una raza poco merecedora del amor de Dios.

Me gusta porque el concepto de ya no verse como pecadores asume su papel como hijos de Dios y me da el lugar como su hermano y les da el lugar a ustedes en mi vida como mis hermanos y aunque el proceso de mi concepción hubiera tenido cierto grado de diferencia frente al hecho de ustedes créanme que vine en la esencia de la creación de Dios y de la obra que Él estableció con los elementos de la Tierra de ese hombre y de esa mujer que fueron mis padres pero que hizo un proceso especial en mí para que pudiera en mi esencia de hombre ser liberado de ese sentimiento de pecado, de ese sentimiento de culpa, de ese sentimiento de menosprecio para poder desde un primer momento referirme a Dios como Mi Padre.

Ahora el poder estar haciendo un proceso de cambio en su química en su mutación de hombres limitados y de hombres que se ven serviles frente a la causa del bien y del mal, empieza a cambiarse en ustedes y en sus futuras generaciones para hacer posible que ustedes puedan sentirse realmente parte de algo muy importante, parte del todo, y que este nuevo sentido de asumir a Dios como su Padre los vuelve poderosos, porque asumen el hecho de que han sido hechos a su imagen y semejanza, asumen el hecho su libertad y de lo que significa que pueden obrar en su propio nombre o en el nombre de Dios lo que significa que son más poderosos de lo que les han hecho creer.

Ahora, no olviden que el poder en su mayor ejecución proviene del amor, de la fuerza que los acerca a Dios en forma amorosa para hacer posible que sus causas sus sueños y sus ideales y para hacer posible que todo se impregne bajo esa fuerza del amor por eso hoy quiero festejar el hecho de que están aceptando su hermandad hacia mí, que estén aceptando el hecho de ser hijos de Dios y que puedan pregonar el concepto que han aprendido hoy que les entrega la paz y la tranquilidad que los lleva a comprender la libertad que Dios les ha dado para ya no permitir que nadie más les haga sentir impuros, que nadie más les haga sentir que ustedes son defectuosos, que son personas hechas de una manera diferente a esa Voluntad Superior de Dios porque vuelvo y les digo, Dios los ama y admira su obra. Eso quiere decir que cada uno de ustedes mis queridos hermanos son contemplados con los ojos del amor de Dios y cada uno de ustedes en esa obra de la contemplación con los ojos que solamente un padre puede mirar a un hijo o una madre puede mirar a un hijo, es como Dios los contempla, con ese amor, con esa alegría de verlos expresándose, con esa alegría de verlos asumiendo en la vida una nueva posición, con la alegría de verlos hechos exactamente como son y si en ese proceso hay seres humanos que vienen limitados en su obra, nunca ha sido por pagar un pecado sino ha sido por una elección espiritual de una limitación física, de un proceso doloroso en su vida espiritual que le hizo venir y creer que tenía que venir a pagar, a sufrir, venir “defectuoso” entre comillas es su obra porque nada es defectuoso para Dios y quienes lo comprenden pueden usar esas formas diferentes de su forma de ser o de su forma de mostrarse o de cómo fueron engendrados para volver esos supuestos defectos unas grandes virtudes y despertar la admiración de otros. Y cómo puede una persona en su limitancia, en la limitación de una enfermedad, de una dolencia, de una malformación, enseñarles tantas cosas a quienes hicieron la elección de venir físicamente completos o físicamente sanos y que no logran valorarlo. Por eso cada persona que elige su camino Dios en forma positiva lo muestra para que ustedes puedan aprender de ello y puedan aprender a agradecer.

Hoy quiero mis hermanos traerles igual que mi Madre el Espíritu Santo para que les permita la comprensión de lo que hemos enseñado hoy, la asimilación y que asuman desde el Espíritu Santo la fuerza de su Yo elevado frente a lo que anhelan y empiece a dejar de existir la separación con lo que quieren, que empiece a desaparecer la sensación de no merecimiento, la sensación de que Dios no puede, la sensación de que Dios sencillamente no quiere para unirse a la voluntad de Dios y saber que mi Padre Siempre Quiere.

Bendecimos queridos hermanos a cada uno de ustedes, cada una de sus hogares, cada uno de sus lugares de trabajo, bendecimos los alimentos que consumirán en esta noche y los acompañamos día a día en el camino, con ustedes en la Gracia de Dios para traerles mi paz, la paz de Dios Jesús de Nazaret al habla.

*Al momento de rezar “ …ruega por nosotros pecadores…” todos dijimos “ruega por nosotros tus hijos…”


1 comentario:

  1. Gracias, como siempre, por ser transmisores de estos mensajes para nuestro crecimiento espiritual. Un abrazo que Dios los siga bendiciendo siempre.

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