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Disponible
hasta 25 de marzo de 2016
Magio,
mensaje del Rosario marzo 17 de2016
María Virgen
Mis hijitos queridos muy buenas noches, soy María Virgen madre de Dios y
madre vuestra, reciban todos ustedes mis hijos amados mi bendición, la
bendición de Dios Padre Todopoderoso.
Gracias mis hijos por compartir la oración y permitirnos llegar a
ustedes, alimentarlos también en la esperanza, en la alegría del presente; hoy
quiero enseñarles mis hijos que desde la gratitud del presente y ver lo bonito
del presente que tienen vida, que muchos de ustedes tienen un techo, comida, la
gratitud de las cosas que puede haber en forma agradable puede haber ese futuro
más claro para ustedes.
Las personas se habitúan a sentirse mal aunque haya muchas razones para
sentirse bien, cuando ustedes empiezan a hallar razones para estar bien, lo
negativo, lo malo va perdiendo poder en su vida, pierde atención, va perdiendo
fuerza para empezar a darle valor y credibilidad a esas razones internas de
estar bien, a estas razones internas de vibrar con lo bonito de la vida; a
veces les he dicho que incluso estando esa situación bastante difícil la
esperanza de un mañana mejor y saber que las cosas van a cambiar hace que ese
presente se viva en una forma más agradable. A veces es bueno empezar a ver
cuánto tiempo libre tienen, cuánta posibilidad tienen de planificar en ese
presente ese mañana pero ya no con angustia de lo que no tienen, ya no con el
desespero de lo que no está funcionando sino con la alegría y la vivencia en
ese futuro de lo que desean.
Quiero que se acostumbren mis hijos a vivir en
el ahora, pero en la inmensa gratitud del ahora, en lo bueno que puede haber en cada
circunstancia que están viviendo porque como tantas veces les hemos dicho
incluso esa cuestión tan difícil que están pasando es algo importante, es algo
que les está enseñando a trascender, a definir lo que no quieren, les está
enseñando algo importante en su camino.
Les sigo pidiendo mis hijos porque sigan orando
por la paz de los corazones, desarmen sus corazones y
empiecen cada vez que vean una persona armada en su corazón, una persona
violenta, una circunstancia difícil a entregar a esas personas a la Luz Divina,
a la comprensión, no a sentir irritación por esa persona sino la compasión de
que si esa persona tiene que pelear de esa manera y tiene que defender de esa
manera un territorio o una verdad es porque esa persona está agobiada y no sabe
otra alternativa; envuélvanlo en mi Manto Sagrado a esa persona cuando lo vean,
protéjanse ustedes para no ser contagiados de esa fuerza nefasta y que ustedes
no sean foco de la violencia, que ustedes no sean foco de la adversidad, que
ustedes no sean foco de todas aquellas cosas que día a día ven a su alrededor y
que ustedes eligen con el poder que Dios les ha dado que ustedes no tengan que
vivirla como que tampoco tengan que vivir esas fatalidades ninguno de sus seres
amados, algunos sus seres queridos.
Hoy los protejo mis hijos y me llevo en mi corazón la alegría de verlos
reunidos en la paz que siento en ustedes, en que esta nueva semana no solamente
sea el preparativo para poder conciliar con Dios y acercarse a Él, que sea una
semana para hacer esa empatía con el Padre y prometerle al Padre y al Hijo en
estos días de Semana Santa su tranquilidad, su paz, que los aprovechen para
descansar, aprovechen para meditar sobre la vida.
La oración es también una meditación sobre cómo están viviendo, sobre
hacerse esos propósitos también que se dan después de la Navidad después de ver
cómo les fue este trimestre, cómo se han sentido, que cosas han podido lograr,
qué cosas tienen pendientes, que hábitos están pudiendo cambiar para poder
sentirse mejor cada día y como seguir entregando a Dios los problemas, las
deudas, las dificultades, los sueños, y seguir dejando en las manos de Dios que
Él haga sobre su tarea mientras ustedes descansan, mientras ustedes hacen lo
que humanamente pueden para dejar en la mano de Dios todo lo demás.
Hagan las reflexionen esta Semana Santa y un propósito de estar con
ustedes mismos. La Semana Santa a diferencia de la Navidad es una semana de
recogimiento y no es porque sea impuesto, es porque existen momentos en que tú
debes abrirte para compartir con otros y momentos donde tú debes cerrarte para
hacer una reflexión contigo mismo y darte lo mejor, por eso la Semana Santa es
ese recogimiento con ustedes mismos a la luz del Padre y darse la atención que
requieren, el descanso que merecen sin culpas, sin el miedo a cuánta plata
pueden dejar de producir esos días o qué cosas pueden estar pasando
negativamente para hacer ese acto de reflexión, de descanso y de ese retiro
espiritual que no es un retiro que necesariamente tienen que ir a hacer en un
lugar sino que es una posición interna en cómo esos de días ustedes los han
elegido para estar tranquilos y que aunque hagan actividades dentro de su casa
bien sea actividades que requieren de su atención, no olviden que el sentido la
Semana Santa es el de ese recogimiento hacia ustedes mismos y hacia unirse con
Dios para poder recibir el alimento espiritual durante todos estos días
seguidos.
Reciban niños de mi corazón mi amor infinito, mi bendición, la bendición
de Dios en el Espíritu Santo sobre todo lo que van a consumir en esta noche.
Con mi amor yo soy María Virgen, buenas noches.
Jesús de Nazaret
Hermanos con ustedes Jesús de Nazaret al habla.
Bueno, y como dice Mi Señora, previos a la semana mayor, esa semana que
reflexiona mi muerte, que acongoja al ser humano en mi muerte, que les hace
sentir la culpa, que magnífica en muchos días el hecho de todo lo que significa
la pasión y muerte quiero que ustedes que han podido ir avanzando sobre mis
intenciones, mi vida, lo cotidiano en mi vida, el proceso milagroso que ha sido
el poder encontrarme en mi condición de ser humano y de hombre con la
grandiosidad del espíritu y poderlo transmitir a ustedes, pues que puedan
realmente hacer esa reflexión de estos días sobre eso, de qué manera ustedes pueden en estos días conquistar
esa paz interna, esa posibilidad de hacer milagros, de poder llegar a ese punto
en que el deseo profundo a través del amor se vuelve ese milagro realizado,
de estos días en que también se hace una reflexión sobre que la muerte llega no
como un castigo, la muerte llega como un punto necesario como lo es el
nacimiento frente al volver a la Casa Espiritual y seguir el camino de la vida.
Entonces estos días también tienen la trascendencia del saber lo
transitoria que es la vida y el punto tan importante que es la vida en el
ascenso para el espíritu.
El paso por la Tierra siendo un paso tan complejo para el espíritu, con
tantos retos, con tantas emociones contrarias, es una experiencia en el camino
espiritual invaluable.
Yo creo que si a mí me dieran la oportunidad nuevamente mi Padre, de
volver a hacer ese tránsito, lo volvería a hacer y lo he vuelto a hacer de
muchas formas, porque venir acá significa poder vivir en pleno a Dios, vivir en
pleno la dualidad de Dios y un proceso que en apariencia aleja al hombre del
Padre pero que realmente lo lleva a traer al Padre del cielo a la Tierra y
verlo a Dios en toda la obra, ver a Dios en toda la grandeza de la vida.
Yo creo que ustedes con todas esas cosas que han pasado en su vida donde
saber cómo han cambiado y saber cómo Dios ha hecho su trabajo con ustedes, cómo
he velado el hecho de que su oración aquí no solamente sea un proceso de dormir
o adormilarse un poco su conciencia de los cuestionamientos terrenos sino el
despertar a que la conciencia espiritual empiece a hacer cambios terrenos en su
vida, pues lleva también queridos hermanos a que puedan entender que vale la
pena vivir, vale la pena estar aquí, que ustedes puedan enamorarse de ustedes,
enamorarse de la vida, entender que vale la pena correr riesgos, vale la pena
aventurarse, vale la pena permitirse cosas en la vida, permitirse arriesgarse,
permitirse vivir aquellas cosas que deseaban, darse permiso a muchas cosas que
ustedes quieren pero que ustedes como unos tiranos, creyendo que ésa es la
voluntad de Dios se niegan porque se han dado cuenta que realmente Dios deja
que todo suceda y todo pase y que ustedes puedan ejercer esa libertad de la
vida tan mal o tan bien como ustedes lo quieren, tan limitada o en forma tan
abundante como lo quieren.
Entonces aprovechen esta semana mayor para comer pescadito, esta semana
mayor para levantarse un poquito más tarde, para usar muchos tiempos de
comunicación con el Padre, ¡qué bueno es poder hacerlo!; el recogimiento
y la comunicación con el Padre como lo decía ahora Mi Señora Del Cielo no
solamente lo puedes lograr en medio de la naturaleza,lo puedes lograr en la conciencia de lo que significa esa comunicación
con el Padre. A veces necesitas un lugar para hacerlo, sentir que lo
puedes hacer en una iglesia, que lo puedes hacer en un parque, que lo puedes
hacer en un oratorio, lo que puedes hacer en una montaña, y el punto es que
haya esa disposición desde el corazón para hacerlo. El que está dispuesto a
hablar con Dios y está dispuesto a abstraerse de todo y empezar ese diálogo con
el Padre incluso lo puede hacer en un trasmilenio y sentir que esa
espiritualidad de Dios lo llena de esa tranquilidad y de esa comunicación tan
directa y esa alegría de sentirlo tan cerca que no importa dónde ustedes puedan
estar, su conexión con el Padre está, la
disponibilidad del Padre siempre está,Dios
siempre está dispuesto a escuchar, pero no solamente Dios está dispuesto
a escuchar, Dios está dispuesto a hablar y
llegará un momento en que ustedes sentirán la voz de Dios en su cabeza. A veces
han sentido una voz en su cabeza, la de “hijo mío, aquí estoy” y les
parece increíble creer que Dios hable de esa manera y por eso en tantas
oportunidades debido a que al ser humano le cuesta escuchar Dios trae elementos
naturales y sobrenaturales para que el ser humano pueda sentir su presencia,
entonces tiene que valerse de muchos artilugios para llamar su atención. A
veces debe valerse de muchas circunstancias salidas de lo común o traídas de
los cabellos para que ustedes puedan realmente sentir el amor del Padre,
traerles animales a su casa, traer circunstancias, sueños, actividades
especiales para que puedan sentir el amor de Dios, la protección de Dios y que
puedan sentirse ustedes realmente bien con ustedes mismos.
Miren que hoy les he notado a todos ustedes además de que tienen una
indumentaria muchos de ustedes más gruesa, otros no tanto, pero siento como si
estuvieran arropados de cierta manera, incluso los que tienen menos ropa encima
también se sienten de alguna manera consentidos, están tranquilos. Muchos
pueden estar debiendo cosas, muchos pueden tener trabajos pendientes, otros pueden
no tener trabajo, otros pueden tener muchas cosas inconclusas pero lo que he
sentido de ustedes es tranquilidad. Es que algo pasó, con la lluvia de hoy hay
una sensación de un deseo de dormir, el deseo de comer algo, irse a meter entre
su cama y dormir, sencillamente que no haya nada más que los perturbe y así es
como debe ser la vida. Puede haber sueños, puede haber obstáculos pero que
ustedes se sientan contentos, que ustedes se sientan abrigados, que ustedes se
sientan queridos, que ustedes se sientan consentidos y creo que en este corto
rato que han estado aquí se han sentido esa manera. Muchos de ustedes se han
sentido como en su casa, algunos a pesar de que tienen un largo recorrido por
ir a sus casas sienten como si esta fuera su casa y se les hubiera quitado todo
afán como si incluso pudieran subir al segundo piso e ir a acostarse con alguno
de los niños, con las mascotas de la casa y pedir un campito al lado de los
dueños de casa para poder dormir un rato y sentirse hoy como que no están
separados; si se han dado cuenta todos ustedes se sienten como una sola
familia, se sienten como si se hubieran conocido desde hace mucho tiempo,
cuando se encuentran acá hay una alegría de verse, alegría que les hace
percibir cuándo el otro está bien, hay una percepción grande en momentos cuando
pueden sentir que álguno puede estar en conflicto y les agradecemos hermanos
por haber aceptado esta noche fría esta invitación, por permitirse sentirse no
como en una penitencia al haber venido sino como en una fiesta, en la
invitación de algo de lo que van a salir muy bien y también donde no solamente
tienen las promesas sino los actos de mi Padre porque cada uno de ustedes está
teniendo una historia que contar y está viendo que su vida se está
transformando en lo que para mí es importante, cuando yo he hablado de la FUENTE
DE AGUA VIVA no es que ustedes beban de esto para sencillamente sentir
que de alguna manera de alguna manera apagan el fuego, sino que esta Fuente De
Agua Viva crea esa fuente dentro de ustedes que hace que ustedes se sientan
complacidos, se sientan bien, se sientan realmente llenos de esa luz, esa
alegría y esa confianza y esa tranquilidad en que todo está bien y que todo va
a estar bien porque el Padre no los va a abandonar.
Con ustedes queridos hermanos en esta maravillosa noche de fraternidad
Jesús de Nazaret al habla.
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