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sábado, 19 de marzo de 2016

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Disponible hasta     25 de marzo de 2016
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Magio, mensaje del Rosario marzo 17 de2016

María Virgen

Mis hijitos queridos muy buenas noches, soy María Virgen madre de Dios y madre vuestra, reciban todos ustedes mis hijos amados mi bendición, la bendición de Dios Padre Todopoderoso.

Gracias mis hijos por compartir la oración y permitirnos llegar a ustedes, alimentarlos también en la esperanza, en la alegría del presente; hoy quiero enseñarles mis hijos que desde la gratitud del presente y ver lo bonito del presente que tienen vida, que muchos de ustedes tienen un techo, comida, la gratitud de las cosas que puede haber en forma agradable puede haber ese futuro más claro para ustedes.

Las personas se habitúan a sentirse mal aunque haya muchas razones para sentirse bien, cuando ustedes empiezan a hallar razones para estar bien, lo negativo, lo malo va perdiendo poder en su vida, pierde atención, va perdiendo fuerza para empezar a darle valor y credibilidad a esas razones internas de estar bien, a estas razones internas de vibrar con lo bonito de la vida; a veces les he dicho que incluso estando esa situación bastante difícil la esperanza de un mañana mejor y saber que las cosas van a cambiar hace que ese presente se viva en una forma más agradable. A veces es bueno empezar a ver cuánto tiempo libre tienen, cuánta posibilidad tienen de planificar en ese presente ese mañana pero ya no con angustia de lo que no tienen, ya no con el desespero de lo que no está funcionando sino con la alegría y la vivencia en ese futuro de lo que desean.

Quiero que se acostumbren mis hijos a vivir en el ahora, pero en la inmensa gratitud del ahora, en lo bueno que puede haber en cada circunstancia que están viviendo porque como tantas veces les hemos dicho incluso esa cuestión tan difícil que están pasando es algo importante, es algo que les está enseñando a trascender, a definir lo que no quieren, les está enseñando algo importante en su camino.

Les sigo pidiendo mis hijos porque sigan orando por la paz de los corazonesdesarmen sus corazones y empiecen cada vez que vean una persona armada en su corazón, una persona violenta, una circunstancia difícil a entregar a esas personas a la Luz Divina, a la comprensión, no a sentir irritación por esa persona sino la compasión de que si esa persona tiene que pelear de esa manera y tiene que defender de esa manera un territorio o una verdad es porque esa persona está agobiada y no sabe otra alternativa; envuélvanlo en mi Manto Sagrado a esa persona cuando lo vean, protéjanse ustedes para no ser contagiados de esa fuerza nefasta y que ustedes no sean foco de la violencia, que ustedes no sean foco de la adversidad, que ustedes no sean foco de todas aquellas cosas que día a día ven a su alrededor y que ustedes eligen con el poder que Dios les ha dado que ustedes no tengan que vivirla como que tampoco tengan que vivir esas fatalidades ninguno de sus seres amados, algunos sus seres queridos.

Hoy los protejo mis hijos y me llevo en mi corazón la alegría de verlos reunidos en la paz que siento en ustedes, en que esta nueva semana no solamente sea el preparativo para poder conciliar con Dios y acercarse a Él, que sea una semana para hacer esa empatía con el Padre y prometerle al Padre y al Hijo en estos días de Semana Santa su tranquilidad, su paz, que los aprovechen para descansar, aprovechen para meditar sobre la vida.

La oración es también una meditación sobre cómo están viviendo, sobre hacerse esos propósitos también que se dan después de la Navidad después de ver cómo les fue este trimestre, cómo se han sentido, que cosas han podido lograr, qué cosas tienen pendientes, que hábitos están pudiendo cambiar para poder sentirse mejor cada día y como seguir entregando a Dios los problemas, las deudas, las dificultades, los sueños, y seguir dejando en las manos de Dios que Él haga sobre su tarea mientras ustedes descansan, mientras ustedes hacen lo que humanamente pueden para dejar en la mano de Dios todo lo demás.

Hagan las reflexionen esta Semana Santa y un propósito de estar con ustedes mismos. La Semana Santa a diferencia de la Navidad es una semana de recogimiento y no es porque sea impuesto, es porque existen momentos en que tú debes abrirte para compartir con otros y momentos donde tú debes cerrarte para hacer una reflexión contigo mismo y darte lo mejor, por eso la Semana Santa es ese recogimiento con ustedes mismos a la luz del Padre y darse la atención que requieren, el descanso que merecen sin culpas, sin el miedo a cuánta plata pueden dejar de producir esos días o qué cosas pueden estar pasando negativamente para hacer ese acto de reflexión, de descanso y de ese retiro espiritual que no es un retiro que necesariamente tienen que ir a hacer en un lugar sino que es una posición interna en cómo esos de días ustedes los han elegido para estar tranquilos y que aunque hagan actividades dentro de su casa bien sea actividades que requieren de su atención, no olviden que el sentido la Semana Santa es el de ese recogimiento hacia ustedes mismos y hacia unirse con Dios para poder recibir el alimento espiritual durante todos estos días seguidos.

Reciban niños de mi corazón mi amor infinito, mi bendición, la bendición de Dios en el Espíritu Santo sobre todo lo que van a consumir en esta noche. Con mi amor yo soy María Virgen, buenas noches.

Jesús de Nazaret

Hermanos con ustedes Jesús de Nazaret al habla.


Bueno, y como dice Mi Señora, previos a la semana mayor, esa semana que reflexiona mi muerte, que acongoja al ser humano en mi muerte, que les hace sentir la culpa, que magnífica en muchos días el hecho de todo lo que significa la pasión y muerte quiero que ustedes que han podido ir avanzando sobre mis intenciones, mi vida, lo cotidiano en mi vida, el proceso milagroso que ha sido el poder encontrarme en mi condición de ser humano y de hombre con la grandiosidad del espíritu y poderlo transmitir a ustedes, pues que puedan realmente hacer esa reflexión de estos días sobre eso, de qué manera ustedes pueden en estos días conquistar esa paz interna, esa posibilidad de hacer milagros, de poder llegar a ese punto en que el deseo profundo a través del amor se vuelve ese milagro realizado, de estos días en que también se hace una reflexión sobre que la muerte llega no como un castigo, la muerte llega como un punto necesario como lo es el nacimiento frente al volver a la Casa Espiritual y seguir el camino de la vida.

Entonces estos días también tienen la trascendencia del saber lo transitoria que es la vida y el punto tan importante que es la vida en el ascenso para el espíritu.

El paso por la Tierra siendo un paso tan complejo para el espíritu, con tantos retos, con tantas emociones contrarias, es una experiencia en el camino espiritual invaluable.

Yo creo que si a mí me dieran la oportunidad nuevamente mi Padre, de volver a hacer ese tránsito, lo volvería a hacer y lo he vuelto a hacer de muchas formas, porque venir acá significa poder vivir en pleno a Dios, vivir en pleno la dualidad de Dios y un proceso que en apariencia aleja al hombre del Padre pero que realmente lo lleva a traer al Padre del cielo a la Tierra y verlo a Dios en toda la obra, ver a Dios en toda la grandeza de la vida.

Yo creo que ustedes con todas esas cosas que han pasado en su vida donde saber cómo han cambiado y saber cómo Dios ha hecho su trabajo con ustedes, cómo he velado el hecho de que su oración aquí no solamente sea un proceso de dormir o adormilarse un poco su conciencia de los cuestionamientos terrenos sino el despertar a que la conciencia espiritual empiece a hacer cambios terrenos en su vida, pues lleva también queridos hermanos a que puedan entender que vale la pena vivir, vale la pena estar aquí, que ustedes puedan enamorarse de ustedes, enamorarse de la vida, entender que vale la pena correr riesgos, vale la pena aventurarse, vale la pena permitirse cosas en la vida, permitirse arriesgarse, permitirse vivir aquellas cosas que deseaban, darse permiso a muchas cosas que ustedes quieren pero que ustedes como unos tiranos, creyendo que ésa es la voluntad de Dios se niegan porque se han dado cuenta que realmente Dios deja que todo suceda y todo pase y que ustedes puedan ejercer esa libertad de la vida tan mal o tan bien como ustedes lo quieren, tan limitada o en forma tan abundante como lo quieren.

Entonces aprovechen esta semana mayor para comer pescadito, esta semana mayor para levantarse un poquito más tarde, para usar muchos tiempos de comunicación con el Padre,  ¡qué bueno es poder hacerlo!; el recogimiento y la comunicación con el Padre como lo decía ahora Mi Señora Del Cielo no solamente lo puedes lograr en medio de la naturaleza,lo puedes lograr en la conciencia de lo que significa esa comunicación con el Padre. A veces necesitas un lugar para hacerlo, sentir que lo puedes hacer en una iglesia, que lo puedes hacer en un parque, que lo puedes hacer en un oratorio, lo que puedes hacer en una montaña, y el punto es que haya esa disposición desde el corazón para hacerlo. El que está dispuesto a hablar con Dios y está dispuesto a abstraerse de todo y empezar ese diálogo con el Padre incluso lo puede hacer en un trasmilenio y sentir que esa espiritualidad de Dios lo llena de esa tranquilidad y de esa comunicación tan directa y esa alegría de sentirlo tan cerca que no importa dónde ustedes puedan estar, su conexión con el Padre está, la disponibilidad del Padre siempre está,Dios siempre está dispuesto a escuchar, pero no solamente Dios está dispuesto a escuchar, Dios está dispuesto a hablar y llegará un momento en que ustedes sentirán la voz de Dios en su cabeza. A veces han sentido una voz en su cabeza, la de “hijo mío, aquí estoy” y les parece increíble creer que Dios hable de esa manera y por eso en tantas oportunidades debido a que al ser humano le cuesta escuchar Dios trae elementos naturales y sobrenaturales para que el ser humano pueda sentir su presencia, entonces tiene que valerse de muchos artilugios para llamar su atención. A veces debe valerse de muchas circunstancias salidas de lo común o traídas de los cabellos para que ustedes puedan realmente sentir el amor del Padre, traerles animales a su casa, traer circunstancias, sueños, actividades especiales para que puedan sentir el amor de Dios, la protección de Dios y que puedan sentirse ustedes realmente bien con ustedes mismos.

Miren que hoy les he notado a todos ustedes además de que tienen una indumentaria muchos de ustedes más gruesa, otros no tanto, pero siento como si estuvieran arropados de cierta manera, incluso los que tienen menos ropa encima también se sienten de alguna manera consentidos, están tranquilos. Muchos pueden estar debiendo cosas, muchos pueden tener trabajos pendientes, otros pueden no tener trabajo, otros pueden tener muchas cosas inconclusas pero lo que he sentido de ustedes es tranquilidad. Es que algo pasó, con la lluvia de hoy hay una sensación de un deseo de dormir, el deseo de comer algo, irse a meter entre su cama y dormir, sencillamente que no haya nada más que los perturbe y así es como debe ser la vida. Puede haber sueños, puede haber obstáculos pero que ustedes se sientan contentos, que ustedes se sientan abrigados, que ustedes se sientan queridos, que ustedes se sientan consentidos y creo que en este corto rato que han estado aquí se han sentido esa manera. Muchos de ustedes se han sentido como en su casa, algunos a pesar de que tienen un largo recorrido por ir a sus casas sienten como si esta fuera su casa y se les hubiera quitado todo afán como si incluso pudieran subir al segundo piso e ir a acostarse con alguno de los niños, con las mascotas de la casa y pedir un campito al lado de los dueños de casa para poder dormir un rato y sentirse hoy como que no están separados; si se han dado cuenta todos ustedes se sienten como una sola familia, se sienten como si se hubieran conocido desde hace mucho tiempo, cuando se encuentran acá hay una alegría de verse, alegría que les hace percibir cuándo el otro está bien, hay una percepción grande en momentos cuando pueden sentir que álguno puede estar en conflicto y les agradecemos hermanos por haber aceptado esta noche fría esta invitación, por permitirse sentirse no como en una penitencia al haber venido sino como en una fiesta, en la invitación de algo de lo que van a salir muy bien y también donde no solamente tienen las promesas sino los actos de mi Padre porque cada uno de ustedes está teniendo una historia que contar y está viendo que su vida se está transformando en lo que para mí es importante, cuando yo he hablado de la FUENTE DE AGUA VIVA no es que ustedes beban de esto para sencillamente sentir que de alguna manera de alguna manera apagan el fuego, sino que esta Fuente De Agua Viva crea esa fuente dentro de ustedes que hace que ustedes se sientan complacidos, se sientan bien, se sientan realmente llenos de esa luz, esa alegría y esa confianza y esa tranquilidad en que todo está bien y que todo va a estar bien porque el Padre no los va a abandonar.

Con ustedes queridos hermanos en esta maravillosa noche de fraternidad Jesús de Nazaret al habla.


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