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viernes, 15 de marzo de 2013

Rosario Marzo 7 de 2013


Rosario Marzo 7 de 2013

Mis hijitos, muy buenas noches soy María Virgen Madre de Dios y madre vuestra. Reciban cada uno de ustedes mis hijos amados mi bendición  y la de Dios Padre  Todopoderoso.

Es reiterado mis hijos el agradecimiento que tengo hacia todos ustedes por sus oraciones. Las oraciones que les hace restaurar en ustedes la esperanza, las oraciones que les hace restaurar en ustedes el pasado, y el poder restaurar la alegría de la vida frente a todo lo que la vida representa hoy para cada uno de ustedes.

Quiero decirles mis hijos que agradezco que siempre a pesar de las dificultades y de sentirse tristes buscan el alimento de la oración no del renegar, no del alejarse, sino precisamente encontrar siempre en Dios esa respuesta y saber que por más difíciles que sean sus problemas y sus preocupaciones, este Dios de los cielos está obrando a su favor y esas oraciones están obrando su favor así no siempre lo comprendan de esa manera.

Y entonces sigo diciéndoles mis hijos que la fuerza de la oración rompe y transforma. Que esa fuerza de la oración que ustedes elevan también es por una transformación de conciencia de este mundo. Queremos que todos los días los seres humanos vayan transformando su espíritu de miedo y de beligerancia hacia la unión, hacia la comprensión, hacia el entender que todos tienen cabida en este mundo y que todos tienen el derecho a poder tener vidas buenas.

Queremos que sepan que tienen toda la voluntad del Dios de los Cielos para dejarlos ser dentro de su limitación como humanidad, pero que también hemos estado tocando en reiteradas oportunidades a los seres humanos para que sepan del amor y de la presencia de este Dios Superior en sus vidas.

Hemos alentado los cambios, las transformaciones de este mundo. Cada uno de sus dirigentes, cada una de las personas que hacen parte de esos poderes diferentes de su economía, de los poderes políticos y sociales, como cada ser humano del común, incluso la persona más pequeña tiene un ser que desde Dios le acompaña.

La idea del Dios Superior de poder multiplicarse en infinito amor a través de otros seres que vienen desde su esencia, desde Él como sus maestros para alentarlos en la transformación y el cambio de sus vidas. Ésa es la razón mis hijos amados del amado Ángel De La Guarda. Ésa es la razón mis queridos hijos de nuestra presencia como Padres, como hermanos, como maestros en sus vidas para alentarlos en este proceso de la vida y recordarles que son capaces de mucho más de lo que están pudiendo lograr en este momento.

Y entonces mis hijos amados realmente en la conciencia de este Dios superior no hay un abandonoNo es que no les importen a Dios, créanme mis hijos que el hecho de haberles dado la vida y darles a estos custodios para acompañarlos no tiene otra razón hijos de mi alma que poder sellar desde este Dios superior el amor infinito y la compañía que cada uno de ustedes requiere en el proceso de la vida.

El hecho mis hijos amados de que ustedes no nos vean con sus ojos terrenos no significa que no existamos. El hecho de que no nos puedan escuchar no significa que no existamos. Porque deben saber mis hijos amados que ustedes se fueron adormilando como humanidad en un mundo material que les hizo olvidar su capacidad de ver, de escuchar de sentir y de percibir a través de sus sentidos superiores la fuerza de este Dios de los Cielos y nuestra presencia en su camino. Pero no significa mis hijos que estén del todo incapacitados en poder sentirnos en su vida, su corazón siempre lo sabe, y siempre en su corazón saben mis hijos amados quiénes los quieren bien, siempre en su corazón mis hijos amados saben ustedes que están acompañados y sienten nuestra presencia y sienten nuestro accionar en sus vidas.

Yo quiero a cada uno de ustedes en esta noche hermosa mis hijos, en esta noche llena de estrellas entregarles mi Manto Sagrado para que lo porten siempre y lo lleven en todo lugar. Entregarles mis hijos de mi alma el Espíritu Santo del Dios Superior lleno de paz y de luz, de comprensión y de sabiduría que los lleve a poder sentir el agradecimiento por lo que hoy son y la liberación por todo aquello que todavía no tienen como una forma de opresión.

Quiero invitarlos mis niños de mi alma a que cuando vean a su alrededor tanta dificultad, cuando vean en su propia vida tanta oscuridad miren al cielo e incluso si ven en ese cielo nubarrones recuerden que ese cielo por encima de esos nubarrones tiene un cielo azul, tienen cielo hermoso en que se pueden recrear y pueden observar y tomar la energía de esa luz y ese firmamento para llenarse de tranquilidad y de inmensidad; pueden hacerlo mis hijos amados en contacto con la naturaleza porque cuando ustedes miran la naturaleza con esos ojos de esa misma inmensidad, ahí están encontrando paz, y están encontrando alegría.

Siempre mis hijos amados y más en estos tiempos donde los espacios físicos son tan pequeños, donde ustedes están en ciudades atiborradas de personas que están muy cercanas a ustedes pero tan lejanas en su corazón, deben hacer ese ejercicio de tener unos espacios con ustedes mismos, unos espacios de búsqueda de la naturaleza, unos espacios de búsqueda con todos los elementos naturales de Dios y con las experiencias sencillas de la vida  que siempre les dan un alimento esencial y primordial como el agua misma para de esa manera sentir que toman la energía que requieren para experimentar el resto de su existencia.

Reciban mi bendición y la bendición de Dios Padre  Todopoderoso, reciban mi Manto Sagrado celeste para que se alimenten de la inmensidad del cielo y del amor que tenemos por ustedes, hasta siempre mis hijos amados, yo soy María virgen.


Jesús de Nazaret
Hermanos buenas noches, Jesús de Nazaret al habla.
Una de las cosas más dolorosas de la vida queridos hermanos es poder soltar todo aquello que son y no les gusta para transformarse en personas nuevas. Muchas de las cosas que tienen que coger con el cincel para destruir están en su pasado. Muchas de esas cosas que están allí y necesitan cambiar, no están realmente fuera de ustedes sino en la percepción del mundo en el que viven y por eso deben queridos hermanos con ese cincel destruir esas creencias que le han dado solidez a una vida limitante. Destruir todo aquello que significa las limitaciones de su vida para al mismo tiempo renunciar a ellas y sentir que después de haber hecho esa transformación tan dura que es una transformación donde la lucha es contra ustedes mismos y contra sus demonios internos, van a poder lograr esa transformación y sentir que valió la pena hacerlo por ustedes mismos.
De nada vale estar bravos con Dios.
De nada vale estar bravos con un pasado que no pueden cambiar.
De nada sirve estar bravos por aquello que todavía no han tenido, que todavía no ha llegado.
Cuando llegan a la paz del corazón, pueden a través de esa paz hacer un proceso de aceptación de su presente para verlo como una oportunidad que Dios, la vida, les ha dado para poder hacer silencio frente a la existencia y poder escucharse. Una de las cosas que difícilmente hacen ustedes queridos hermanos es escucharse a ustedes mismosEscuchar su voz interna, escuchar lo que su corazón quiere, no escuchar la voz ruidosa de su mente que todo el tiempo está atiborrándoles el corazón, que está todo el tiempo atiborrándoles el pensamiento de ideas conflictivas frente a la vida. Deben hacer ese silencio en su mente y aprender a callar su mente desde su espíritu para realmente escuchar la voluntad de su corazón y de su espíritu. Y cuando pueden realmente darse cuenta que la lucha que han tenido todo ese tiempo es interna, que la lucha que han tenido es contra ustedes mismos queridos hermanos, el mundo desaparece, los enemigos desaparecen, las críticas desaparecen, todo lo que es afuera como expectativa y limitación desaparece porque si los límites están es porque ustedes creen que no pueden tener más, que Dios no les quiere dar más, o que ustedes no merecen más.
Así mis queridos hermanos que al poder hacer esa reconciliación con ustedes mismos están logrando que el mundo, que su mundo, empiece a fluir. No es fácil coger y observarse ustedes mismos y destrozar en ustedes aquello que ya no les gusta. No es fácil mirarse ustedes mismos y destrozar en ustedes mismos aquello que no son ustedes, que es el proceso de todo un esquema social, que es el proceso de todo un esquema de vida, que ustedes han aceptado silenciosamente, han aceptado en forma agachada creyendo que ustedes deben hacer aquello que los demás dicen que es su mejor futuro.
¿Cuántas veces en esa visión los jóvenes aceptan profesiones que no están ajustadas a lo que realmente les gusta por la complacencia hacia sus padres o hacia una sociedad que les dice que aquello que ustedes quieren aprender no es bueno o no sirve para nada o no les va a dar para comer en el futuro?.
 ¿Cuántas veces se han casado o han aceptado relaciones a partir de la desesperación y no de una real convicción del valor de ustedes mismos donde esas relaciones estén dadas en ese amor, en esa plenitud, en esa escucha de su corazón? Si esos hombres queridas niñas, siempre reaccionan de la misma manera frente a ustedes, es porque ustedes también lo hacen desesperadamente frente a ellos, actúan de la misma manera.
¿Realmente qué tanto están amando a un hombre que apenas conocen? O es que están amando la ilusión del hombre que quisieran que ese ser que apenas llega a su vida se volviera?.
Permítanse conocerse. Permítanse conocer a las personas que llegan a su mundo para establecer si esos seres son dignos de su amor, si esos seres son realmente aquel ser que ustedes en su evolución, en su camino han diseñado en su vida, porque si lo que están pensando es llegar a cambiar a esa persona y a moldearla para que sea lo que ustedes esperan, se quedarán sentadas durante mucho tiempo llorando su ineptitud para poder hacerlo.
Recuerden queridos hermanos queridos hermanos que no pueden transformar a nadie más que a ustedes mismos.
No pueden transformar a sus hijos.
No pueden transformar a sus parejas.
No pueden transformar a sus padres, sus hermanos.
La tarea es individual y esa transformación de ese cincel y de ese martillo sobre ustedes debe ser dado en la claridad de aquel escultor que quiere hacer una bonita obra y tienen una guía y no lo están haciendo solos porque mi Padre les está dando la oportunidad de saber siempre cuando algo es bueno o no es bueno para ustedes a través del medidor de su corazón.
Entonces no es cuántas cosas puedan poseer, no es cuántas personas puedan poseer, no es cuántas cosas puedan lograr. Es cómo se sienten internamente respecto a esas cosas y como sienten la dificultad para poder acceder a ellas.
Cuando ustedes empiezan a escuchar que hay esa paz en su ser, hay una sensación de tranquilidad en su ser y de no esperar nada en ese momento. Sólo sentir inmensamente que son en ese proceso armónico interno de su ser. Ya no hay carencia. Ya no hay angustia. Ya no hay desesperanza. Ya no hay culpas. Ya no hay juzgamientos. Es como si algo en tu ser más profundo te dijera que tú eres todo, que eres la inmensidad y que pesar de que en este presente no puedas tener eso que has diseñado, tú sientes en esa paz que eso lo vas a obtener.
¡Esa es la certeza de la vida!
Es la certeza que proviene del corazón y de esa fuerza interna que les lleva a creer en imposibles, que les lleva transformar el mundo de limitaciones queridos hermanos en un mundo de oportunidades.
¿Por qué mi Padre  no hace nada? ¿Por qué mi Padre  no se mueve por ustedes? Porque en ustedes no hay la convicción de la entrega a mi Padre  para que esas cosas se den, porque si hubiera esa convicción de la entrega  mi Padre  no estarían llorando, no estarían pataleando, no estarían peleando y no se estarían sintiéndose menos que los demás y no estarían haciendo nada diferente que dejar que mi Padre  hiciera lo que ustedes ya no están pudiendo hacer con sus propias manos.
¡Miren!, ¡están cerca!. Están próximos. ¡No renuncien! Quienes lo han logrado saben y le dan gracias a ese Dios de los cielos por no haberlo hecho. Quienes saben lo difícil que fue transformarse a ustedes mismos pero también lo heroico que fue, hoy se felicitan a ellos mismos por decir ¡qué bueno que no haya renunciado! ¡Qué bueno que no haya parado de buscar la comprensión que necesitaba! y qué bueno que hayas usado ese tesón de tu vida para poder mirar hacia dentro tuyo y saber que ahí estaba la respuesta de todo.
La respuesta del éxito, del poder, de lograr las cosas queridos hermanos está en ustedes; primero en la renuncia a todas las limitaciones y en la entrega a Dios y después en la conservación de la pasión de lo que quieren de sus sueños para que la vida pueda traerlos realizados como ustedes lo quieren.
Necesitamos que para ustedes este proceso creativo no sea una tortura. Que sea una aventura y que inclusive a pesar de que puede estar doliendo esa transformación, sepan que esto les está llevando a liberarse para sacar de ustedes lo mejor que hay en ustedes y ya no sentirse más obligados a nada, ya no sentirse más sometidos por nadie, ya no sentirse más limitados frente a otras personas.
Tienen el poder de usar al Padre  de los Cielos como su verdadero Padre  por encima de aquellos que en la tierra están actuando en forma limitada. Y aunque siempre deberán estar agradecidos con sus padres por la sangre que hay en ustedes y recorre sus venas y por la valentía que ellos tuvieron de para darles la vida, deben saber que aunque ellos no obren siempre como debieran obrar en su actitud de padres, y de la conciencia del padre  que ama a su hijo y sabe que está obligado a acompañarlo en los primeros años en todo su proceso de amor y de formación, hay un Dios superior que sí lo está haciendo y hay un Dios superior que a la falla de sus padres establece caminos para que a ese hijo no le falte nada.
Y entonces han que haya decisiones tan difíciles en la vida o circunstancias tan duras donde ustedes vean que un niño frágil pierde a sus padres, deben saber que hay un Dios que está actuando y un espíritu de ese niño que decidió esa situación para poder experimentarse de una forma nueva a través del amor de seres que pudieran darle ese efecto como padres, así no tuvieran la sangre en sus venas.
Hoy más que nunca todos ustedes queridos hermanos deben tener claro la convicción de una verdadera hermandad. La convicción de una hermandad que los une entre razas, la hermandad que los une entre criterios, la hermandad que los une en ese sentido de solidaridad como una sola raza humana que son, independientemente de si son ricos, de si son pobres, o si son de clase media.
Llegará un momento queridos hermanos en estos mundos que quienes tienen más obrarán a partir de su conciencia social y de nuevos poderes y órdenes que establecerán la libertad de que unos tengan pero también con el compromiso social que significa el poder tener más y adquirir más en la hermosa satisfacción que significa darles a quienes no pueden tener y darles a quienes creen que no puedes tener más; ese es el sentido de la hermandad.
¿Qué sería de la vida si ustedes no tuvieran a quién darle o no tuvieran de quién recibir? Es hermosa la vida porque ella les ofrece diferentes facetas, una, donde entran a este mundo como niños frágiles que tienen que aceptar toda su voluntad como espíritus para que alguien vele de ustedes y otro momento de la vida en el ocaso, donde después de la experiencia de haberlo hecho todo como jóvenes y haber establecido su tarea de protección frente a los más pequeños y los más adultos, puedan volver a esa circunstancia de fragilidad y de entrega. Porque entras en este mundo con la fragilidad de la entrega y te vas de este mundo con la fragilidad del tener que entregarte también para recibir en ambos casos.
Entonces queridos hermanos créanme que hay un espíritu sabio en mi Padre, amoroso, nunca impositivo y que si ustedes desean ver a mi Padre  a través de los ojos de la justicia o de la injusticia, de esa manera el mundo va a obrar por ustedes o en contra de ustedes porque siempre deben ver la vida bajo los ojos del amor. Si están viendo la vida bajo los ojos de la injusticia, mirarán desde la misma cadena alimenticia de la propia creación más frágil de este mundo, unas condiciones injustas porque siempre estarán peleando, porque el pez grande se ha comido al pequeño y siempre estarán peleando porque el rey de la selva gobernará sobre las otras criaturas en la llanura. Si vamos a mirar el tema de la justicia queridos hermanos dentro de su proceso terreno, siempre van a hallar injusticia y siempre van a hallar a un Padre  injusto pero si ustedes pueden trascender a ver a mi Padre  desde la visión del amor, los actos de la vida están amparados en ese amor que da la libertad para que el que nació como pez chico pueda ser comido y ser el sustento del pez más grande y eligió dentro de ese proceso evolutivo de su camino nacer de esa manera para decidir ser el sustento de esa preservación de ese equilibrio.
Entonces se darán cuenta queridos hermanos que ser lo que son, sean más sean menos a los ojos de los demás es poder sentirse únicos y encontrar su grandeza y su espíritu de heroico a partir de lo que son y de lo que han decidido ser y de lo que desean ser en ese futuro. Pero eso no se hace nunca dentro de la limitación. Pidan la ayuda, pero pídanlo desde una entrega total donde estás diciendo "señor en ti confío porque ya no tengo más que hacer" muchas veces la vida quiebra al mismo hombre hasta el mínimo de sus fuerzas no porque mi Padre quiera verle postrado a sus pies, es porque ustedes mismos sólo ceden cuando han permitido que todo ese orgullo desaparezca de ustedes para hacer posible que entiendan que si requieren ayuda dejen de estar probándose a ustedes mismos y dejen de estar probando a mi Padre  para permitir que el amor llegue ustedes.
Porque mi Padre  puede levantarte, puede ayudarte puede darte sin necesidad de que tú te hayas humillado. Si tú necesitas ir hasta el límite más bajo de la humillación y de la vida es porque tú necesitas experimentarte de esa manera para quebrar algo en ti que no te permite aceptar una condición diferente y es porque quieres sufrir más.
Entonces queridos hermanos los invito a que reflexionen sobre la vida. Les invito a que vean a mi Padre  no como aquel ser que los deja en este mundo y los abandona a su suerte sino como un ser que transforma todos los elementos de la vida para que ustedes eligiendo o ponga retos o transforme la realidad en oportunidades.
Si Dios está mostrando que hay comida para otros, les está diciendo que también para ustedes.
Si Dios les está mostrando que hay empleo para otros, que hay negocios para otros, que hay oportunidades para otros, les está mostrando que también a hay para ustedes.
Si Dios les está mostrando que hay parejas unidas que se aman y se respetan y que crían sus hijos en armonía de un hogar, Dios les está mostrando que eso también puede ser para ustedes.
Pero Dios no te lo está enviando para decirte a tí “él se lo merece y tú no lo mereces”. Te lo está enviando para que tú comprendas que si todo eso que ves de las demás personas te gusta y te llama la atención para ti, Dios también te lo puede dar y tú debes decir “eso es lo que yo quiero” sin dejar más que todo ese cultivo inarmónico en ti te lleve a la conclusión que no se puede o que no quieres o que lo mejor sería suicidarte y que no estuvieras en este mundo.
Les invito queridos hermanos a que reflexionen sobre el valor de la vida y entiendan que desde la fuerza del espíritu hay un momento propio para irse de este camino que si ustedes lo hacen antes de tiempo en la frustración porque las cosas no salieron como ustedes querían, van a llorar y van a llorar de una forma muy fuerte porque su espíritu comprenderá en un momento que la decisión que tomaron fue una decisión que fue difícil en un momento y no les permitió vivir aquello que estaban llamados a vivir a partir del haber superado ese reto difícil.
Créanme queridos hermanos que mi Padre les da la libertad para que ustedes acaben con su vida como ustedes quieran hacerlo. Pero el tema es que ustedes como espíritu puedan al acabar de esa forma dramática y vivir la vida de esa forma tan dramática, en algún momento se juzgarán y se cuestionaran ustedes mismos y tendrán la necesidad de volver a enmendar lo que han hecho.
No se rindan queridos hermanos, ustedes eligieron venir a este mundo complejo, y este mundo complejo tiene cosas maravillosas; ustedes deciden si quieren seguir se viendo como víctimas o quieren seguirse viendo relegados, o si empiezan a cambiar su visión de la vida y su forma de pensar y de sentir para empezar a sentirse como personas plenas y empezar a traer esa misma plenitud a su vida.
Les dejo queridos hermanos mi alma mi corazón mi espíritu, mi comprensión, porque los comprendo a cada uno de ustedes, yo entiendo su humanidad, yo entiendo sus momentos difíciles y créanme que siempre estoy con ustedes en esos momentos duros, llámenme, pídanme, ahí estoy con ustedes para ayudarles a atravesar esas tormentas y tomarlos de la mano y llevarlos a la gracia de mi Padre  para que los lleve a unas condiciones que son las de su realización.
Reciban todo lo que soy a partir de lo que consumirán en esta noche, el Espíritu Santo de mi Padre  que los llena de luz, de amor, de comprensión y de milagros. El mejor milagro que puede obrarse queridos hermanos en un ser humano es la transformación de su ser. Hasta siempre queridos hermanos.
Con ustedes queridos hermanos Jesús de Nazaret al habla, muy, muy, muy buenas noches, 

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