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sábado, 10 de junio de 2017

Rosario en Junio 8 de 2017

María Virgen
Mis hijitos y mis hijitos queridos muy buenas noches soy María Virgen madre de Dios y madre vuestra reciban mis niños amados, mi bendición, y la bendición de Dios Padre Todopoderoso.

Hoy queremos mis hijos darles un abrazo inmenso desde nuestro corazón, decirles que cada camino de la vida debe representar esa oportunidad de ver cada reto que aparece como algo que Dios dirige en su vida para poder trascender a esas circunstancias difíciles y complicadas; a veces los regalos de la vida vienen de las formas más duras, más difíciles, mis hijos, vienen para poder sortear aquellas cosas que han estado posponiendo en el camino porque han tenido miedo. Han tenido miedo a sufrir, han tenido miedo al cambio, han tenido duda de si realmente ustedes van a poder sortear esas cosas difíciles y si Dios los acompaña realmente en el camino y si ustedes son merecedores de algo bueno.

Pero como siempre mis hijitos les decimos que son realmente merecedores de todo lo bueno de la vida, queremos que ustedes puedan irse entrenando en esa visión continua porque llevó tanto tiempo el hombre creyendo que Dios estaba bravo con él creyendo que los actos humanos exasperaron a Dios y que de alguna forma Dios quiere doblegar al hombre enseñándole en el sufrimiento. Los momentos difíciles de la vida son circunstancias que ustedes como espíritus le piden a Dios para poder realmente experimentar el contraste de la vida, a veces las personas necesitan la soledad para poder apreciar a las personas que están a su lado, a veces las personas necesitan la enfermedad como una forma de parar, aprender a apreciar sus cuerpos, aprender a apreciar su vida, a veces las personas necesitan enfrentar las circunstancias dolorosas más grandes como una forma de saber que pueden sobrevivir a ello y sabemos que muchos de ustedes mis niños son sobrevivientes a historias muy duras, de historias muy difíciles en la vida; ustedes tienen una historia que contar para poder decirle al mundo “yo viví estas historias difíciles y logré superarlas, viví cosas muy difíciles en el camino que en un momento quebraron mi ánimo, quebraron mi fuerza, quebraron mi positivismo, quebraron mi confianza y cuando creí que ya no había ninguna opción para mí, cuando creí que ya nada se iba arreglar, cuando creí que ya nada iba a mejorar el haber dejado que Dios me guiara y decirle  Padre me entrego a ti y tú muéstrame lo que no veo y tú has por mí, evidencia lo que yo no puedo mover y crear fue cuando Dios me mostró ese camino”.
Y miren mis hijos de mi corazón, estamos realmente cortes de ángeles, de guías, de arcángeles alrededor de cada uno de ustedes apoyándolos, amándolos, trayéndoles paz, ayudándoles con aquellas personas que no resultan fáciles en el camino de su vida, con aquellas personas que por momentos y esas situaciones que por momentos los ponen a dudar de si el haber entregado su camino a Dios fue el camino correcto, de si Dios no se equivocó de alguna manera o de tener en algún momento que parar frente a Dios y reclamarle y decirle “¿por qué? ¿Por qué tanto dolor, por qué tanta soledad, por qué tanto miedo, por qué tanta tristeza, por qué vuelve se repite la historia una y otra vez?y llega un momento mis hijos en que ya han vivido tanto los mismos desenlaces y las mismas circunstancias que el día que se vuelvan a repetir la actitud de ustedes deberá ser distinta y reaccionar en forma diferente, si siempre sean angustiado y siempre se han desesperado, si siempre se han culpado o han culpado a alguien, respiren profundo en esta oportunidad y digan esta vez “no voy a actuar igual, esta vez no voy a responder con violencia, esta vez no voy a responder con escepticismo, esta vez no voy a responder creyendo que de alguna forma hice algo malo en mi camino” porque finalmente todos los caminos son buenos e incluso el camino que pareciera más lejano fue el que un día ustedes establecieron para llegar a Dios por eso quién tiene el derecho de decirle a una persona que está equivocada si está buscando a Dios negándolo, ¿cómo le pueden decir a una persona que están equivocados en apostar por alguien que nadie apuesta? tal vez ustedes quisieran o hubieran querido en algún momento que alguien hubiera llegado a su camino y hubiera apostado por ustedes y les hubiera dicho “¿saben qué?, nadie cree en ustedes pero ¡yo sí! nadie da un peso por ustedes pero ¡yo sí!”  y realmente venimos a decirles que ustedes valen mucho y venimos a apostar por ustedes porque dentro de cada uno de ustedes hay realmente personas maravillosas, dentro de ustedes hay grandísimos seres humanos, hay héroes a ensoñadores, hay auxiliadores, hay seres mágicos que tienen en algún momento la posibilidad a través del amor de hacer lo posible.

Hoy por eso los oigo diciendo a las personas “tranquilos que todo se va a mejorar, tranquilos que sí se puede” porque eso es lo que las personas necesitan que cuando acudan a ustedes, ustedes les den esperanza y no que les digan “nada va a salir bien, nada van a lograr, prepárate para que todo esté perdido” porque ustedes han venido sabiendo que aunque todo esté perdido la esperanza es la que cambia ese mañana.

Los envuelvo mis hijos de mi corazón en mi Manto Sagrado, los envuelvo para que no se escondan para que no tengan miedo de expresar la forma como ustedes ven a Dios. Yo sé que muchos de ustedes sienten que las palabras que expresan el mundo no las entiende, que a veces para su familia son extraños son soñadores, locos, ilusos y deben seguir diciendo “yo de mi parte no me voy a alimentar más de rencor, no voy a hacer más en mi vida lo que no quiero, no voy a seguir luchando, no voy a preparar a mis hijos para la guerra, no voy a luchar y tampoco me voy a rendir; sencillamente voy a dejar que mi corazón haga lo que siente, voy a descansar” porque a veces se confunde el descansar y dejar de luchar como una rendición, pero el término rendición es perder toda esperanza y eso no es lo que ustedes van a hacer sino establecer una nueva política en su vida y es dejar que cada día Dios les muestre el camino, que cada día Dios les guíe, que cada día Dios los alimente, que cada día Dios  les de una nueva razón para vivir.

Les entrego el Espíritu Santo lleno de ilusiones, lleno de sueños, lleno de tranquilidad de paz, de oportunidades, de abundancia de éxito, de salud, de unión de familia, de alegría de vivir, de progreso, de todo lo mejor; reciban hijos de mi corazón mi bendición y la de Dios Padre Todopoderoso, con mi amor y el de Dios, yo soy María Virgen muy buenas noches con ustedes en la Gracia de Dios.

Jesús de Nazaret
Buenas noches hermanos Jesús de Nazaret.

Recuerdan cuando ustedes estaban pequeños y les empezaron a decir cosas como “no le hables a extraños, ten cuidado, ten cuidado con los hombres, ten cuidado con la gente, la gente no es lo que parece, ¡cuídate! se fuerte, prepárate para luchar, ¡lucha!, lucha por lo que quieres porque el que lucha obtiene las cosas” y cuando preparan a una persona para luchar siempre queridos hermanos preparan a esa persona para que aparezca un enemigo; el luchador necesita un contrincante porque si no, qué sentido tendría la lucha, por eso muchas veces hemos hablado de dejar de luchar: luchar contra la guerra, luchar contra el cáncer, luchar contra el enemigo, luchar contra la mentira, luchar contra la injusticia, luchar contra el abuso infantil y cuando están luchando queridos hermanos aunque ustedes puedan vencer en un momento al contrincante, al tener en el concepto de vida la palabra lucha tarde o temprano aparece alguien más para enfrentarlos.

Como lo decía Mi Señora renunciar a la batalla no es rendirse, es dejar de sentir que tienes que estar en la defensa, que estar mirando alrededor todo el tiempo cuestionando quién es bueno, quién es malo, quién miente y quién no miente porque llegar a un punto donde que una persona puede venir con un Cristo en la mano a jurarles por Dios y tampoco le van a creer porque ustedes perdieron un día la confianza; enséñenle a sus niños a ser buenos por naturaleza y a entender que siendo buenos, no tontos, si no realmente buenos en el corazón porqué quieren hacerlo si una persona les miente, los engaña, si una persona no los aprecia lo suficiente no significa que ellos no valgan, sino que la otra persona no sabe cómo, cómo amarlos, cómo apreciarlos. Muchas veces les he dicho queridos hermanos que la gente miente por miedo y que la peor mentira es la que cada persona se dice a sí misma dándose razones una y otra vez de “a mí no me importa esto, yo estoy bien”, razones como decir “es que tengo que quedarme por unos hijos, es que tengo que quedarme porque no tengo plata, es que tengo que quedarme porque yo tengo que demostrarle a los demás que yo puedo”y sí hermanos tal vez ustedes tengan que demostrarse algo ustedes mismos si se quieran probar algo pero ¿hasta dónde?, ¿cuántas veces se van a poner a prueba?, ¿cuántas veces van a luchar contra ustedes mismos siendo ustedes su propio enemigo?.

Hoy vengo a decirles que al hacer un convenio con mi Padre para que Él les muestre la verdad ustedes sabrán quién es bueno con ustedes y quién no lo es, ustedes sabrán en quien confiar en quien no, porque la evidencia saltará a la vista ahora, confíen en Dios como dueño de la vida y dejen que el Padre guíe el camino de cada uno de los seres que aman, se trata de apostar a la vida pero de que la vida no presuponga más para los seres humanos un sufrimiento; si los seres dejaran de sufrir sanarían, no enfermarían.

Un niño que se siente amado, un niño que crece sintiendo que sus padres lo aman, que crece acompañado de sus padres, es un niño que no necesita la enfermedad como una manera de descontento o de expresar lo que con palabras no pueden expresar ni que en su entendimiento sabe por qué le sucede o qué es lo que le sucede. Vengo a sanarlos queridos hermanos pero saben que cuando yo les hablo de sanidad no solamente estoy hablando de una sanidad de sus cuerpos, estoy hablando de una sanidad amorosa en sus relaciones interpersonales, de sanar su relación con mi Padre, de acercarlos a Él y que lo entiendan más y que se entiendan ustedes más como hijos de Dios; vengo a elevarlos y a elevarlos que puedan ver la vida desde ese punto alto para decir “verdad, verdad que no somos de este mundo, verdad que vamos de paso por la vida, verdad que puedo dejar de creer que tengo sólo una oportunidad, dejar de creer que no tengo derecho a equivocarme, dejar de creer que tengo que probarme algo para sencillamente comprender mi humanidad y comprender que todo se quedará aquí cuando yo me vaya, que trascenderá y me llevaré en mi corazón lo que he dejado inconcluso, pero también me llevaré en mi corazón lo bonito que pude lograr y hacer para sentirme orgulloso de mí y amarme y sentir que he amado a otros lo suficiente como para entregarles lo mejor de mí” y recuerden que lo mejor de ustedes no es su dolor o sufrimiento por alguien, cada vez que escuchen decir que yo dí la vida por ustedes y que lo mejor que hice fue morir sufriendo y ensangrentado por la humanidad no olviden que éso no fue lo que hice en primera instancia; quise conectarlos con el amor de Dios como un Padre  cuando el mundo le temía y lo veía como un tirano, vine a regalarles la verdad de su propia grandeza como hijos de Dios, vine a hacer milagros por ustedes y decirles cuando ustedes aman ustedes también pueden hacer milagros, cuando ustedes aman también pueden lograr lo imposible, cuando ustedes aman pueden entregar lo mejor de sí con todo su amor por quienes aman, no su sacrificio, no su sufrimiento, no su dolor o mortificación.

Cuando oren por alguien se cerciórese de orar con esperanza frente a esa persona, no con la recriminación, no con la lástima; oren por esa persona entregando de su corazón la confianza en que esas circunstancias que están rodeando la vida de esta persona y la tiene en conflicto se llenará de luz gracias a sus oraciones y aunque muchos de ustedes en apariencia no se conozcan unos con otros, en apariencia no conozcan las dificultades que alguno de ustedes tengan y uno esté en un extremo de la sala y el otro esté en el otro y no se vean hoy han orado por su hermano que está al lado, hoy han obrado por los hijos de las personas que están aquí, hoy han orado por sus padres, por sus hermanos, hoy han orado y se han acercado más a esas personas a través de la oración para desearle a esas personas lo mejor a través de la oración.

Cuando ustedes oran créanme que están llevando luz al hombre que transita en medio de la droga por la calle, están entregando luz a la vida de un niño solitario abandonado por sus padres, cuando ustedes oran están entregando luz a los líderes, luz a su familia, están siendo lo suficientemente amplios como para entender que la oración los conecta a todos, que se vuelve una red entre todos donde lo que pides por los demás es como si lo pidieras para tí, pero también lo que pides por ti se multiplica y se potencializa en lo que los demás están pidiendo también para ti, así que les agradezco sus oraciones, les agradezco que todos se reúnan en esta cena de esta noche, en este convite de esta noche para celebrar juntos la vida, celebrar juntos que como una familia están bajo el mismo techo y se están acompañando en esta noche y que van a acordarse entre ustedes de situaciones y un día verán la felicidad de esas personas que un día sólo conocieron en este lugar como su propia felicidad y lo festejarán como si fuera la alegría de un hermano, la alegría de un padre o de una madre y un día llorarán con la misma tristeza de alguien como si fuera su propia tristeza, porque se hacen más hermanos, porque empiezan a descubrir que son una familia y que son una familia no solamente en Cristo como se recita, sino una familia porque todos son hijos del mismo padre amoroso que los mandó a la vida y en ese proceso para Dios ¡todos son iguales! y al mismo tiempo y extrañamente todos son muy distintos lo que significa que son únicos queridos hermanos.

Nunca crean que sus oraciones son insuficientes; no se cansen de orar, no se cansen de soñar y cuando estén mortificados ¡oren!, respiren profundo, miren qué es lo que los está mortificando si son sus pensamientos, si es un dolor físico, o si es un dolor emocional qué es lo que los mortifica y díganle con la sinceridad del corazón a mi Padre “ahí te entrego esto que me mortifica, llévatelo, llévatelo de la manera como tú puedes hacerlo que yo no sé cómo, he hecho todo lo que yo creía que podía hacer para dejar de sufrir, ahora tú muéstrame, ahora tu enséñame, ahora tu libérame, ahora tu despierta en mí todos los días mi confianza, despierta en mí todos los días mi alegría de vivir, despierta en mí todos los días la esperanza y ayúdame a que día con día pueda vivir el momento, pueda disfrutarlo pueda conectarme con lo bonito de cada día, con lo bonito de cada momento y no con lo malo de cada día como un ser amargado”.

Reciban la bendición de mi cuerpo y de mi sangre, de mi hermandad hacia ustedes y de la fuerza de mi Padre sobre ustedes para hacer posible no sólo su calma, su esperanza sino la realidad de un milagro que contar; en la Gracia de Dios para acompañarlos siempre queridos hermanos Jesús de Nazaret buenas noches.

Liú Meditación   “Muy buenas noches yo soy Liú, vamos a aprovechar esta noche hermosa con esa LUNA maravillosa que está escondida entre las nubes para elevarnos como si en este momento tuviéramos en nuestros piés propulsores a chorro y los poderes de un superhéroe; algunos con capa, otros sin ella, nos elevamos de donde estamos y subimos, pasamos por esas nubes que se ven grises por la noche, empezamos a sentarnos sobre esas nubes, esas nubes juguetonas que se están moviendo y que empiezan a deslizarse de un lugar a otro, que se entretejen, se sientan en una nube muy abullonada que no permiten que caigan, empiezan a sentir cómo esas nubes se despejan y ven esa hermosa luna sobre ustedes y cuando bajan su mirada ven esas lucecitas de la Tierra, de su ciudad como un pesebre hermoso… ”     (sigue)



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