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Rosario Bendición de Navidad. Jueves 29 diciembre.
Magio, mensaje del Rosario diciembre 22 de 2016
María Virgen
Mis hijitos y mis hijitos muy buenas noches soy María Virgen madre de
Dios y madre vuestra, reciban todos ustedes mis hijos amados mi bendición, la
bendición de Dios Padre Todopoderoso. La bendición de sus hogares, de sus
casas, de sus familias, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
amén.
Quiero pedirles hoy mis hijos que no dejen que
las adversidades, que los recuerdos, que las situaciones complicadas por las
que puedan estar pasando les haga olvidar lo hermosa que es la navidad.
Deben mis hijos permitir que hoy más que nuncasea la luz de la esperanza la que les haga confiar en que ese mañana va
a ser mejor. Lo lindo de terminar un año que se llena de experiencias,
de momentos difíciles, de situaciones también de aprendizaje es sentir la
tranquilidad desde el fondo de su corazón que mañana las cosas pueden ser
diferentes. Venimos a estimular su
esperanza, venimos a llenarlos de esas alegrías de niño para hacer
posible que puedan seguir sintiendo que las cosas de aquí a mañana pueden mejorar.
No renuncien mis hijos, no se cansen a soñar con ese mundo bonito, con esa vida
bonita que quieren, recuerden que estamos ayudándolos a que sean precisamente
esas manías del pasado, esos hábitos del pasado de estar aburridos, de estar
tristes, de juzgarse, de alguna manera de seguir actuando de la misma forma
como víctimas, de seguir actuando como personas que se sienten en peor
circunstancia que los demás, debe cambiar y deben pedirle al niño Jesús que en
esta navidad se lleve también muchas cosas de su vida: La tristeza, el dolor,
los hábitos difíciles, aquellas mortificaciones del pasado, aquellas angustias
del pasado, el cansancio, el aburrimiento, la nostalgia, de sentir que las
cosas no debieron haber cambiado cuando fueron buenas y que tal vez no debieron
haber crecido; pero hoy vengo mis hijos a llenarlos de esa buena Esperanza y
decirles que tengo esa Gracia dada por Dios para romper todos los límites
digan: “Señor les entrego, te entrego a ti y a tu Corte la posibilidad de
que me hagan alguien que pueda lograr esas metas, que me permitan encontrar
esos ideales realizados, que yo sienta que puedo obtener bendiciones en mi vida”.
Vengo a bendecirlos mis hijos trayéndoles la salud, trayéndoles la
abundancia, trayéndoles la alegría, trayéndoles la pareja, trayéndoles la
oportunidad que hoy requieren en su corazón para volver a confiar, recuerden
mis hijos que la fe se construye en esas propias experiencias y a veces es
necesario decirle a la mente: “puedo ser una persona de fe porque sé que han
pasado cosas milagrosas en mi vida y no las he visto y ya no quiero que sigan
pasando cosas buenas en mi vida y que yo no las vea, que yo no les dé valor,
que yo no me motive con ellas y no me sienta estimulado con esas cosas; quiero
empezar a ser una persona que vive la vida con alegría, que ve en cada
circunstancia una oportunidad y un regalo incluso en aquellos retos que pueden
estar apareciendo en mi vida” por eso hoy los estamos sintonizando con que
se desenfaden, con que vean la vida más alegre, más tranquila y sientan nuestro
amor.
Recuerden mis niños que en estos días están llegando a ustedes desde la
alegría del corazón y de esos tiempos recordados esos seres que han amado y que
muchas veces recuerdan con tristeza en esta navidad; ellos quieren desde el
cielo que no los recuerden con tristeza, ellos quieren verlos con una sonrisa,
verlos entendiendo que ellos están bien, que están felices donde están y que
también quieren que ustedes estén felices y haya razones para estar contentos y
hallen razones para estar en paz y hallen razones para ver la vida en Dios y
desde Dios y que sientan que no están solitos.
Los envuelvo mis niños de mi alma en mi Manto Sagrado para que lo porten
siempre, para que lo porten en todo lugar, les entrego la esperanza y les
entrego la Gracia enviada desde Dios a través del Espíritu Santo para romper
todos los impedimentos que están teniendo para lograr avanzar y para lograr las
cosas que quieren; despídan este año con toda la fuerza de la voluntad
diciéndole a este año “gracias por lo que me enseñaste, gracias porque estoy
vivo, gracias porque me acompañaste este año y pude en este año tener muchas
experiencias que espero que el año entrante se multipliquen en bienestar, se
multipliquen en armonía, se multipliquen en prosperidad” y recuerden que
creerlo cada día más permite que aunque inicialmente los años sean difíciles,
que aunque haya carencias, que aunque tengan dificultades económicas, aunque
sientan muchas veces que tal vez no habrá lo suficiente al confiar en Dios y al
tocar el corazón de Dios entenderán que no les hará falta nada, que Dios hará
posible que tengan en su casa lo que necesitan en esta navidad y que puedan
sentir que si las deudas que tienen no se han ido, por lo menos en esta Navidad
no les quitan las alegrías, no les quitan la esperanza, no les quita el sueño y
la ilusión de que un día Dios las puede pagar todas.
Reciban mis niños de mi corazón mi bendición, la de Dios Padre
Todopoderoso, la bendición de todos ustedes mis hijos en la distancia feliz de
poder verlos de esta forma particular y para quienes nos reconocen de esta
nueva manera recuerden que debe quedarse con el mensaje de amor y deben saber
que siempre estaremos trayendo voceros diferentes que puedan hablar a ustedes y
transmitir el mensaje mientras ustedes se acuerdan y recuerdan y potencializan
la fuerza que tienen y la posibilidad y los dones que tienen para recibir
nuestros mensajes sin intermediarios, hasta pronto mis hijos con mi amor y el
de Dios yo soy María Virgen muy buenas noches, con todo mi corazón nuestro deseo
de que tengan una Feliz Navidad mis hijos al lado de su familia y sintonizados
con las razones para estar felices hasta pronto.
Jesús de Nazaret
Hermanos buenas noches, Jesús de Nazaret.
Bueno, felices de verles aunque algunos están tristes otros todavía
achicopalados, verlos unidos como una familia para mirar cuántas cosas se han
logrado para hacer esos balances de un año, incluso poder mirar juntos las
cosas difíciles que han pasado durante este año, esas cosas cíclicas que se
repiten año tras año, deben hoy tener la fuerza y voluntad para decir “sí,
yo renuncio”, ustedes tienen derecho renunciar y decir “estoy cansado,
estoy aburrido, ya no quiero vivir así” y pueden decirle a Dios que al
renunciar a esa vida no tengan la necesidad de renunciar porque se enferman,
porque se mueren o porque sencillamente deciden quitarse la vida; siempre hay esperanza, ante la situación que
llega, una enfermedad que puede llegar en forma difícil o inesperada, una
enfermedad de un ser querido que también puede llegar a torturarlos, un
problema, una quiebra, una pérdida económica, un problema con un hijo, un
problema con un hermano, un ladrón que llega a robarlos, ¡todo queridos
hermanos puede tener solución! primero si logran entender que en un momento
dejaron la puerta abierta a eso y que dijeron a Dios Padre “sé que muchas
veces he repetido este ciclo de situaciones difíciles, de pérdidas, de sentir
que mi vida no evoluciona y es porque tal vez no he entendido algo y siempre he
tratado de hacer las cosas a mi manera y de la forma como he creído que se
pueden hacer pero en esta navidad y para este año yo te quiero dar
las llaves de mi casa, te quiero dar las llaves de mi vida, de mi corazón, te
quiero dar la potestad para que tú guíes mi caminos y tú me enseñes, muéstrame
en donde me estoy equivocando, muéstrame qué cosas estoy contemplando todo el
tiempo, pero también te lo pido para que al darte la potestad de mi vida tú me
ayudes y traigas a mi vida lo que me sirve y te lleves de mi vida lo que me
hace sufrir, sé que he tenido miedo a cambiar, sé que he tenido miedo a que las
cosas cambien pero ahora estoy diciéndote que me des la valentía
para asumir esos temores que tengo y para empezar a contemplar y a creer en que
la voluntad de Dios no es la voluntad de mi sufrimiento y de mi aprendizaje por
dolor aunque Él lo permita y lo acepte como parte del juego y de las reglas de
la vida sino que la voluntad de Dios es que yo pueda ser feliz” ahora, convénzanse que no están pidiendo demasiado y no pidan con angustia y no pidan con incertidumbre porque cuando ustedes piden con desespero ¡no funciona!,
tomen aire, respiren profundo y al momento de pedir pidan con el corazón
abierto a Dios, pidan como ese niño inocente que no está desesperado sino que
está entusiasmado sabiendo que su padre quiere, que su padre puede ayudarle.
Hoy hemos venido a inyectarles alegría y que se sintonicen con ese
sentimiento maravilloso que trae la Navidad, las luces, la alegría de estar un
año más con vida, de estar compartiendo al lado de sus seres queridos y de
sentir algo bonito y maravilloso y es que en Navidad las personas están
dispuestas a abrazar y es que en Navidad las personas están dispuestas a
compartir y es que en Navidad las personas bajan las armas para empezar a verse
como amigos y hacer treguas.
Hagan ustedes su propia tregua; si han estado mortificados, si han
estado torturados, si han estado en dieta todo el daño ¡no la hagan más!
(risas) si han estado preocupados todo el año hagan una tregua y ya no se
preocupen en Navidad, si han estado mortificados por algo o por alguien hagan
una tregua y digan “me hice una promesa a mí mismo y se la hice a Dios que
no voy a aguarme mi navidad, que así vengan a buscarme pelea, que así vengan a
molestarme, que así vengan amargarme la vida, que si viene una persona con cara
de Greench no me voy a dejar contagiar por eso y no me voy a dañar mi fiesta de
Navidad y Año Nuevo” y miren, es una época para sintonizarse con las cosas
bonitas de la vida, con cantar, con comer, con bailar, con orar, es increíble
pero hay muchas personas que solamente oran en Navidad, pero realmente la
oración más bonita que podamos sentir que pueden hacer es esa sintonía con la
tranquilidad y la esperanza, es realmente sentir que le han dado esa tregua y
miren, cuando ustedes dan esa tregua, están dejando que su vida evolucione y
muchas cosas pasen; la vida no les va a
mejorar sin angustiados, la vida no les va mejor si siguen desesperados,
no van a conseguir trabajo, no van a conseguir pareja, no van a conseguir éxito
y progreso que quieren en medio del desespero.
En medio del desespero lo único que hayan es ¡más desespero! y en lugar
de las cosas ponerse mejor se ponen peor, entonces qué puede tener de bueno
para que esta navidad sea más austera. Tal vez puede tener de bueno para muchos
que están en tiempos difíciles que van a dar lo que pueden dar, van a dar un
abrazo, van a hacer una llamada, van a dar una sonrisa, unos van a escribir
notas, van a dar muchas cosas realmente de corazón que cuando están en el
proceso de la abundancia queda desapercibido, pero también cuando están en esas
situaciones difíciles lo lindo de la navidad no es sólo dar, es también
recibir, entonces no se sientan mal si no le están dando regalos a sus hijos, a
parejas, a sus familias, sintonícense con que hay Navidades donde deben
sentarse a pedir y dejar que Dios les dé, como también algunos de ustedes saben
que están en una situación donde sienten un llamado en su corazón para
compartir y es una época para compartir. Compartir, una cena, una llamada,
sintonizarse con lo que esas personas no solamente pueden necesitar sino
alrededor de ustedes pueden desear para darles, hay personas que necesitan
cosas materiales, hay otras personas que necesitan compañía, y vale la pena que
ustedes se sintonicen con entender y percibir lo que una persona puede
necesitar de ustedes y así entenderán que no tienen que usar esa fórmula de
regalarle todo el mundo lo mismo, medias, pañuelos, cuco suerte, celulares,
computadores; empezarán realmente a sintonizarse con lo más profundo que esa
persona puede necesitar y le darán un regalo a esa persona que hará que ustedes
sean recordados por esa persona toda la vida.
Los invitamos queridos hermanos a que se
sintonicen con esa energía hermosa de dar y recibir, que lo hagan desde el
corazón y que recuerden que todo el mundo tiene algo para dar así no tenga nada
y todo el mundo tiene algo que recibir así lo tenga todo.
Hoy los bendecimos queridos hermanos y nos sentaremos a la mesa con
ustedes y compartiremos como lo hacemos todos los años, los buñuelos, las
natillas, los tamales, las lechonas, los pavos, las cenas de Navidad porque
Navidad es una época muy bonita para sentarse conmigo y sentarse con mi Padre a
su mesa.
Dios los bendiga queridos hermanos y gracias por permitirnos estar a su
lado siempre y por permitirnos traerles magia, magia de esta Navidad. Con
ustedes en la Gracia mi Padre Jesús de Nazaret.
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