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Magio, mensaje del Rosario diciembre 15 de 2016
María Virgen
Mis niñitos y mis niñitas amadas reciban todos ustedes mi bendición y la
bendición de Dios Padre Todopoderoso.
Hoy quiero mis hijos que puedan sentir mi amor de madre y que cada uno
de ustedes al acercarse el nacimiento del niño Jesús también recuerden que son
mis hijos y que cada año tienen la oportunidad de renacer.
Renazcan a su niñez, renazcan en la esperanza, renazcan a la alegría de niños y olviden por
un momento sus problemas, sus dificultades, olviden por un momento el pasado y
dejen que el presente los llene de alegría
porque es navidad, los llene de alegría por todo lo que ha de venir en
la Gracia de Dios y dejen en las manos de ese padre bueno y amoroso que todos
esos problemas, que todas esas dificultades, que todas esas enfermedades, que
todas esas mortificaciones Él las disuelva y les permita renacer como esos
niños hacia un año nuevo lleno de luz y de alegría.
Quiero como siempre hijos de mi alma pedirles
no solamente por la paz de Colombia sino la mundo. Soñamos con que todos
se puedan entender como hermanos y no haya más razones para matar a alguien sea
en forma individual o colectiva, que ya no haya razones para la guerra, que no
haya razones para sentir que de alguna manera debe ser la justicia la que debe
obrar en contra de otros incluso de los malignos, de quienes les han hecho
daño; por eso siempre insistimos mis hijos en que el mejor acto de liberen de liberación que un ser humano puede
tener es el perdón. El que se perdonen y perdonen entendiendo que
al permitir que en su corazón entre ese perdón, esa ley o esa ruleta que se
repite como un círculo continuamente que hace que haya esa ley del talión pueda
desaparecer porque aunque el ser vengativo sienta que está acabando en forma
justa con aquel que un día provocó el mal, está también trayendo más dolor y
más tristeza y está haciendo que en lugar de haberse saldado una deuda, la
deuda se multiplique y la deuda siga creciendo hasta que haya un día donde
alguno de los dos, tanto la víctima como el victimario digan “ya no mas, ya
me cansé, me cansé de luchar contra ti, me cansé de vencerte, comprendí
finalmente qque aunque tuve la satisfacción de la venganza mi corazón se
entristeció dos veces: se entristeció porque con mi venganza recordé todo el
dolor que me hiciste sentir y desperté en tí el dolor para que pudieras también
sentir lo que yo sentí” por eso entienden de esta manera mis hijos
que perdonar es un regalo maravilloso que
más que hacérselo a los demás se lo hacen a ustedes mismos; les pedimos
que desde esa actitud de niños se llenen de la confianza en el Padre proveedor,
en el Padre que sabe que ustedes tienen necesidades, que sabe que ustedes como
adultos tienen deudas, tienen responsabilidades, tienen un techo que pagar,
tienen ¡tantas cosas que sueñan y anhelan! y deben en un momento sentir que en
esta época de niños dejan que sea el niño
inocente el que pida por ustedes, el niño que no ve límites, el niño que sabe
que su padre tiene mucho más que darle de lo que ustedes puedan pedir.
Por eso hoy mis hijos les traigo la luz del Espíritu Santo y en la
Gracia de Dios me uno a cada una de sus peticiones, les traigo a ustedes la paz
del espíritu, la fuerza también del Espíritu Santo para poder dejar el pasado
atrás, lo difícil y empezar un nuevo camino en sus vidas sabiendo que no están
solos, sabiendo que nos tienen en su corazón y que por más difícil que sea un
momento, el saber que estamos ahí, el confiar en que podemos solucionar lo que
ustedes no pueden hará una enorme diferencia en sus vidas.
Reciban todos ustedes mis niños mi bendición y la de Dios Padre
Todopoderoso, hoy están recibiendo la bendición de lo que van a comer, la
bendición de esta etapa de novena y de preparación para la venida del niño
Dios, es esa novena que se hace desde el
corazón para sintonizarse con ese renacimiento y con ese acto tan amoroso de
Jesús al haber venido a este mundo a trazarles un camino, al haber venido este
mundo a decirles “yo soy como ustedes y en mi igual que en ustedes reside de
Dios” y eso significa que cada uno de ustedes tiene un poder inmenso
como hijos de Dios. Hasta siempre mis hijos con mi amor, yo soy María virgen
muy buenas noches.
Jesús de Nazaret
Hermanos buenas noches, Jesús de Nazaret.
Nosotros llegamos a todos los lugares queridos
hermanos donde hay una disposición de escuchar. Esos lugares puede ser lugares
llenos de oro, pueden ser lugares sencillos, puede ser la sala de una casa como
puede llegar a ser el templo sagrado de su corazón y queremos que puedan darse cuenta que
vamos hasta donde el ser humano lo pueda permitir, por eso al hablar del niño,
el niño fantasea, el niño logra ver lo que el adulto no ve, logra leer el corazón
de las personas y logra ver lo más bonito de cada ser humano, se maravilla con
la obra de Dios. Una de las primeras cosas que el niño hace es mirarse las
manos, es maravillarse y palparse al darse cuenta que Dios le hizo y que son
hermosos, que son perfectos, y no dejan de serlo con el paso del tiempo; aunque
ustedes puedan echarse tantas cargas encima, aunque ustedes puedan culparse por
tantas cosas, aunque ustedes puedan sentir que ya no son los mismos, que ya no
tienen arreglo, en cada uno de ustedes
queridos hermanos estamos viendo la inocencia, estamos viendo niño,
estamos viendo su luz y pueden haber pasado por todas las cosas que hayan
pasado y pudieron haber endurecido tanto su corazón que se les olvidó de dónde
venían pero nosotros no nos olvidamos, no olvidamos que son nuestros hermanos
en el cielo y que están haciendo una tarea de exploración maravillosa en la
Tierra y que son grandes, que son capaces; se necesita la valentía suficiente
para venir a este mundo sabiendo como espíritus que en algún momento van a
sufrir de amnesia, y van a olvidar quién es su papá, y van a olvidar quién es
su mamá y que van a vivir ficciones, la ficción de la separación de Dios, la
ficción de una pequeñez, la ficción de que se van a quedar aquí toda la vida
olvidando que en la eternidad el paso por la Tierra es un punto, es un pequeño
instante, aún sabiendo bien en este mundo que por momentos tendrán que vivir el
miedo, la maldad, que en algunos momentos estarán en un extremo o el otro de la
balanza para ser las víctimas o los victimarios de alguien y saben que como espíritus han hecho un trato con Dios,
han hecho un convenio con Dios para
aceptar las condiciones de la vida porque sí, desde aquí arriba tal
vez como a veces nos dicen las cosas son más fáciles y tal vez los maestros
todo lo ven color de rosa, pero qué sería de ustedes si no viéramos el mundo
que ustedes deberían caminar, qué sería de ustedes si nosotros les dijéramos: “aterricen,
no sueñen, son horribles, se equivocaron, se van a ir al infierno, Dios los va
a castigar, nada se va a arreglar, todo se va a poner peor” y algunos creen
que la verdad es vivir en el cinismo doloroso de una sentencia donde ¡nadie se
salva!, estando todos a prueba.
Algunos prefieren un Dios tirano, creer en un Dios vengativo, creer en
un dios voluntarioso al que no hay forma de complacer a creer en el Dios del
amor que todo lo perdona, que todo lo acepta, que todo lo comprende y que les
permite al mismo tiempo superarlo todo.
Si ustedes están sentados en este lugar, si
están viendo este vídeo en este momento, si están escuchando esta voz en este
momento, todos ustedes han tenido la esperanza de unirse a un Dios diferente y
mis palabras en lugar de darles incertidumbre o tristeza les da calma, les
alegría, les da esperanza.
Si quieren saber dónde está Dios, vayan a aquellos lugares y prueben en
todos los lugares que quieran pero hay algo que no podrá engañar su corazón y
es que si van a un lugar y se dice que ahí está Dios o que ahí estoy yo o está
mi madre o ahí está la guía del cielo y lo que sienten es desespero y lo que
sienten es temor y lo que sienten es culpa, revisen
si ese es el Dios en que quieren creer y si realmente ahí estamos.
No venimos a traerles las sentencias del fin del mundo, no venimos a
decirles que son una raza menor como humanidad a la que Dios desprecia,¡estamos enamorados ustedes! y lo digo de
buena fuente por que ¡soy la fuente y mi Padre también!.
Mi Padre está enamorado de ustedes, mi Padre sabe que cada uno de ustedes tiene
muchos velos encima que no les permiten ver realmente lo maravillosos que son
créanme, Dios está enamorado de la Tierra,
y no pretende destruirlos,créanme que en la
voluntad más sublime de Dios Él no quiere que sus hijos sufran, que en la
voluntad de Dios Él permite que sus hijos sufran como una forma de libertad,
como una forma de empezar a ejercer la grandeza de la libertad y de su
capacidad como hijos de Dios para transformar sus vidas en lo que quieren: en un
infierno o en un paraíso, por eso queremos que pueden pedirle a Dios que
ustedes renazcan a esa fuerza de su espíritu que puedan entender cuál fue el
plan.
El plan inicial que ustedes tuvieron con el Padre no fue venir a este
mundo a pasarla mal; muchos creen que el plan que tuve con mi Padre para venir
a este mundo fue empequeñecerme y entregarme como un mártir al ser humano para
que Dios despreciara más a la raza humana de lo que el hombre creía, ¡ése no
fue mi plan! ni fue el plan de mi Padre. Mi
plan fue venir a vivir y experimentar las cosas que ustedes han experimentado: nacer, tener una mamá, un papá, tener una vida
normal, tener familia, un trabajo, tener amigos, tener propósitos y mi propósito era enseñarle a un mundo que estaba en
las tinieblas de su propio temor y de su propia ignorancia quién era Dios, el
verdadero amándolos, presentándoles a Dios, pero también muriendo igual
que ustedes para volver en un momento y decirles: “miren, estoy más vivo que
nunca y ustedes pueden seguir viviendo porque la vida nunca muere desde el
concepto del espíritu” y por eso mi cuerpo se desapareció y se desvaneció
para que quedara claro tanto para los antiguos como para los de siempre que el
cuerpo se quedaba aquí como se iban a quedar todas las cosas en este mundo para
entender que son viajeros y que podrán y
venir cuando quieran en el Ciclo de la vida y la muerteentonces hoy le pido a mi Padre que todos ustedes encuentren
el verdadero propósito y es el que ésta experimentación los
haga plenos. Fui feliz como niño, como joven, fui feliz cuando lloré,
cuando me entristecí, cuando me sentía incapaz, porque la felicidad estaba en
el entender que la felicidad dependía del saber que estaba haciendo muchas
cosas en este mundo, que estaba aprendiendo muchas cosas, que estaba viviendo
la voluntad de mi Padre en la luz de Dios, en la comprensión de la libertad que
Dios me había dado para poder mirar las cosas de diferente forma y sentirme muy
bien por poderlas vivir, por poderlas superar.
Díganme si ustedes no se sienten felices cuando superan un reto, si no
se sienten felices cuando hubo un problema en su vida y lo solucionaron, cuando
enfermaron y después se sanaron y los
contrastes de la vida existen sencillamente para que puedan elegir y definir
qué es lo que ustedes quieren. Así que, disfrútenlo, lo que no nos
cansaremos de decirles es que el verdadero sentido de estar en este mundo para
Dios, no es que ustedes la pasen mal; para Dios lo natural debe ser que la
pasen bien, que los retos no los superen, no los consuman, porque ustedes son
mucho más grandes que todos los problemas, que todas las dificultades, que
todas las enfermedades, que todas las cosas malas, que todos los temores que
puedan tener.
Los bendecimos queridos hermanos y los acompañamos de tal manera en que
queremos que puedan sentir que los alentamos es para que no se les olvide de
dónde vienen para dónde van y cuál es el sentido del vivir porque aunque
ustedes se empeñen en ver las cosas peor cada día nosotros vemos que todo tiene solución, que todo se puede
arreglar en la luz de Dios e incluso diciéndole a Dios en un momento “no
entiendo, no puedo, ya no sé qué hacer, hazlo tú por mí y yo te sigo”.
Recíbanme en sus casas queridos hermanos, recíbanme en su corazón y
recuerden que los amo profundamente. Reciban mi bendición porque ¡hoy los voy a
bendecir! en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, con ustedes en
la Gracia de Dios, Jesús de Nazaret.
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