Magio, mensaje del Rosario Julio 7 de 2016
María Virgen
Mis hijitos queridos muy buenas noches, soy María Virgen madre de Dios y
madre vuestra, reciban todos ustedes mis hijos amados presentes y en la
distancia mi bendición y la bendición de Dios Padre Todopoderoso de sus
familias, de sus hogares, de todos ustedes en la distancia, esta bendición del
Padre, en Hijo y en Espíritu Santo.
Todo el mundo mis hijos merece una segunda
oportunidad. Cómo van a
saber si alguien ha cambiado, si algo ha cambiado si no tienen la oportunidad
de volver a vivenciarlo.
Cuando hemos hablado de la paz, hablamos de la oportunidad que existe en
que las condiciones empiecen a ser diferentes. Hay que darles la oportunidad a
aquellas personas que se han equivocado en un momento de que al tener el poder
puedan actuar de la forma correcta como el poder debe ser, en servicio, en
construcción, en el bienestar de todos y no será de ustedes mis hijos los que
tengan que juzgar eso; es Dios quien va por aval delante de todo esto para
saber si pudieron realmente aprovechar esa nueva oportunidad.
En sus vidas mis hijos ustedes también se han equivocado tal vez muchas
veces no saben de qué manera, tal vez en forma inconsciente se han podido
equivocar con alguien y eso significa que tienen una nueva oportunidad. Dios no
es aquel ser que castigue y de alguna manera cuando se han equivocado robarles
la oportunidad de poder resarcir aquello que en un momento no pudieron
apreciar, que en un momento no pudieron ver como un regalo de Dios y así como ustedes pueden contemplar esa posibilidad
del perdón de Dios, es necesario que puedan perdonarse su propia dureza,
perdonarse el sentir que de alguna forma deben castigarse y vivir una vida
difícil o que de alguna manera también estén buscando el castigo de los demás.
Pareciera que en la justicia Dios castiga a unos y Dios exalta a otros o
indemniza a otros pero realmente la
justicia amorosa nunca es una justicia que castigue alguien, es una
justicia que reestablece en la vida una comprensión en la cual la persona puede
volver a ejercitar esas mismas situaciones para poderlas vivir en forma
diferente y Dios da una y mil y cuantas oportunidades sea necesario a un ser
humano de que pueda actuar diferente.
Hoy quiero decirles mis hijos que les agradezco esta presencia, que cada
uno de ustedes esté en este lugar y que cada uno de ustedes en la distancia se
estén regalando un momento de su vida y de su tiempo para escuchar estas
palabras y aunque haya cosas que pareciera que no tengan que ver con ustedes,
el tener un concepto diferente de la vida, el actuar frente a la vida en forma
proactiva, amorosa, respetuosa, hace que todas las condiciones puedan estar
envueltas en esa nueva forma de vivir.
Es importante mis hijos que puedan
seguir trabajando en perdonarse y en perdonar, que puedan seguir
trabajando en la comprensión que viene de cuando algo ya no les duele, de
cuando algo en su vida ya no está revestido mis hijos de una rudeza, de una
sensación de que así no debieron haber sido las cosas; el pasado no se cambia, el pasado se comprende para aprender de él la ruta de
nuevos caminos y eso hace que puedan entender que todo los engrandece, quetodo lo que ustedes son hoy fue por todo lo vivido sin
una coma, sin una raya sin un punto de menos los demás.
Así que recuerden que de nuestra parte todo lo que ustedes vivan siempre
será maravilloso, siempre los acogeremos, los abrazaremos, y en los brazos de
Dios les estaremos mostrando que eso que sucedió por más duro, por más difícil
que haya sido ya quedó atrás, ya no tienen que volver a pasarlo, ya no tienen
que volver a vivirlo porque si un día sufrieron, sin día vivieron mal, si un
día la vida fue dura o difícil con ustedes ya
pueden elegir que eso ya no se repita más, pueden elegir que el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, que las
dificultades, que la pobreza, que la desesperanza, la traición no sea parte de
sus vidas.
Hoy les agradecemos infinitamente porque están haciendo este contacto de
corazón más que porque están pidiendo algo, más que porque estén necesitando
algo, lo están haciendo porque hoy cada
uno de ustedes vino a compartir con nosotros, vino a acompañar un momento sagrado bonito, vino bajo
la comprensión de entender que la oración no solamente se hace en momentos
difíciles, que la oración no
solamente se hace para pedir algo o en el momento de agradecer algo sino en el
momento de un acto cotidiano de un acto de conexión desde el espíritu con Dios
y los felicito por ello.
Reciban todos ustedes la bendición del Espíritu Santo de Dios que está
descendiendo sobre lo que comen hoy, sobre lo que van alimentarse hoy el Manto
Sagrado, mío el Espíritu Santo del Padre lleno de luz, de amor, de comprensión,
de sabiduría, de alegría de vivir, de avance, de comprensión positiva hacia
todo lo que sucede en Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hijos de mi alma reciban mi
bendición y la de Dios Padre Todopoderoso, con mi amor y el de Dios yo
soy María Virgen muy buenas noches mis hijos hasta siempre.
Jesús de Nazaret
Buenas noches hermanos, Jesús de Nazaret al habla.
Fíjense lo que hablaba mi Madre sobre el tema de por qué hay que dar segundas oportunidades. Cuando ustedes
presuponen que cierran una puerta a algo o alguien que necesitan saber que debe
llegar para procesarse, para trabajarse, para que el desenlace sea diferente,
pues tienen que confiar de alguna manera en que esas condiciones pueden llegar
a ser distintas. Todo el mundo tiene
derecho a cambiar como todo el mundo tiene derecho equivocarse y es bonito poder sentir que ustedes lo hacen no por
tontos si no lo hacen realmente sabiendo que esas nuevas condiciones son las
que van a marcar un destino diferente y que se equilibren las cargas.
Cuando nosotros hablamos del karma no estamos hablando de que el ojo por
ojo pueda establecerse. Al ser humano desde el espíritu le permitimos que
cuando está haciendo un proceso de conexión con la vida pueda comprender qué le
hizo sufrir a otros sufriendo, pueda castigarse a sí mismo, pueda elegir una
condición lo suficientemente dolorosa y lo suficientemente difícil para darse
cuenta de qué manera le pudieron haber hecho daño a alguien, de qué manera
pudieron no entender a esa persona, de qué manera si fueron duros con los
hombres pues van a decidir ser ese tipo de hombres que un día juzgaron, que si fueron duros con las mujeres van a encarnar como
mujeres para aprender de la maravillosa experiencia de serlo, que si un
día criticaron la experiencia de los ricos y de la fama pues puedan llegar a
ser ricos y a tener fama, tener poder para aprender de eso pues todo es un
aprendizaje y porque a veces en el juzgamiento se mete a todo el mundo en la
misma bolsa o como dicen por aquí en la misma colada.
Por eso vale la pena que puedan entender que la verdadera forma como pueden equilibrar las cargas
de la vida no es con su propio sufrimiento, no es con la
apreciación de que si ustedes mataron los tienen que matar necesariamente, que
si ustedes obraron mal tengan que venir deformados al mundo para pagar con su
propio sufrimiento el mal que le pudieron haber hecho a muchas personas porque
en eso ¿qué gracia hay?. Realmente la
gracia más grande que puede haber es que esa persona transforme en bendiciones,
transforme en buenas obras, transforme en actos amorosos aquellas cosas que
hizo en contra de esas personas y
miren que no tienen que esperar para morir y tener una nueva vida para eso.
Pídanle a Dios que les de la oportunidad en esta vida de que si ustedes se han
equivocado con alguien, si ustedes hablan hecho algo a alguien si ustedes han
sido justicieros y duros con alguien, pueda primero existir ese perdón y
después puedan llegar a cambiar la historia de la vida de esa persona, que puedan
realmente llegar a hacer algo bueno, puedan llegar a darse ustedes la
oportunidad de cambiar en esa película de la vida la visión de alguien malo en
su camino, de una persona difícil, de que fueran vistos como personas difíciles
o como alguien que no quiero volverme a encontrar en la vida porque realmente la vida sí les da esa oportunidad de volverse a
encontrar y miren que se dan cuenta que cuando una persona ha sido
muy dura con ustedes, cuando una persona ha sido muy difícil con ustedes y
vuelve con una actitud diferente, vuelve con un acto de perdón, y vuelve con un
acto de bondad también se dan cuenta que es bonito sentir que ya no hay por qué
pelear, que ya no hay un resentimiento, porque miren hermanos, un acto bueno
puede borrar mil actos malos. Una actitud buena puede romper miles de actitudes
malas y así es el amor de Dios.
Dios no está esperando que si tú le hiciste daño a mil tengas que buscar a mil
para ver cómo restableces el daño; Dios
realmente te da la oportunidad de que sea tu buen corazón, sea tu
arrepentimiento, sea ese perdón el que te permita sentir que ese acto, esa
actitud es más que suficiente frente a todo lo malo que pudieron hacery
es bonito sentirse así; miren que cuando ustedes perdonan la rabia desaparece.
Cuando ustedes empiezan a ser esos actores de paz ya no están teniendo esas
palabras duras y crueles porque están realmente saliendo del bien y el mal para
mirar las cosas desde más arriba y ver las cosas con otros ojos.
Se han dado cuenta de cómo al ir cambiando ya es difícil para ustedes
mirar a quién le dan la razón porque cuando ustedes se ponen frente a una pelea
de dos personas en la condición del uno y en la condición del otro a ambos los
comprenden. Muy seguramente es más fácil para ustedes entender quien está obrando
mal, quién tiene la razón, quien no la tiene pero entenderán tanto al que tiene la razón, como al que no la tiene y
tendrán una infinita compasión por el que no la tiene
porque sabrán que su proceso es largo, porque sabrán que tendrá que
pasar muchas cosas en su vida para que esa persona llegue a comprender y en su
comprensión no llega la lástima, llega la compasión, llega un sentimiento de
amor que se entrega a esa persona porque esa persona puede estar obrando en
inconsciencia, porque esa persona está obrando en maldad, en mentiras y por eso
es que mi Señora pide oración por los pecadores. Porque en cierta manera todos
lo son, pero cuando hemos hablado de los hijos de Dios hablamos
de que no hay una equivocación como un pecado que aleje al hombre de Dios y les pedimos que oren por quienes se equivocan porque
esas personas necesitan luz, porque
esas personas necesitan comprensión, necesitan amor,y miren que cuando ustedes oran por sus enemigos y se
atreven en esa comprensión a amarlos, esos enemigos dejan de ser enemigos,
esos enemigos dejan de tener un lugar en su vida como para estar bravos con
ellos, como para que tengan un poder de hacerles mal, como para que de alguna
manera ustedes sientan que esa persona puede ir y dañarles su vida. Si ustedes
tienen una persona que constantemente les agobia la fiesta, les mortifique la
vida, yo quiero invitarlos a que piensen en esa persona y piensen en el poder
que ustedes le han dado a esa persona para que los descomponga, no importa si
esa persona es un esposo, no importa si es un hijo, no importa si esa persona
es su papá, una mamá, un hermano, no importa si esa persona es un ex, un amigo, el punto no es esa persona, el punto es como ustedes le permiten a
esa persona que les robe su tranquilidad, que les robe su paz, que les robe su alegría, como ustedes se dejan
llevar por lo que los demás puedan pensar de ustedes y algo que han
venido entendiendo acá es que ustedes no
son lo que los demás dicen, ustedes no son ni de mal genio, ni gritones,
ni mentirosos, ni dormilones, ustedes no son absurdos, ustedes son únicos, son
maravillosos y a veces ustedes mismos se dejan poner un cliché, a veces más
difícil que a una persona le pongan un cliché de mala persona o de algo
negativo, un apodo en burla, es más
difícil cuando a una persona le dan un título muy grande y endiosan a esa
persona y esa persona no está lista. Las personas cuando son miradas por
los demás de esa manera en la fama, en el poder, en el dinero, son personas que
tienen que estar muy bien paradas en sus dos pies y pedirle a Dios una humildad
grande en el corazón para que no se pierdan en eso. Para que no se les suba a
la cabeza la fama, el dinero, el poder.
Entonces fíjense que una de las cosas que van apedir en este país es que quienes ejerzan el poder lo ejerzan en forma
humilde. Que no se les suba el poder a la cabeza para creer que tienen
el derecho de manipular a otros para que no crean que son más grandes que los
demás, porque cuando logran hacer esto en el poder que no saben manejar el
pueblo aguanta pero en algún momento el pueblo se cansa. Es más fácil que un
pueblo se canse cuando tiene hambre, cuando no tiene alimentos para sus hijos,
cuando no tiene medicinas, pero también cuando le roban la libertad. Sean libres de discernir, sean libres de elegir pero no lo hagan por prejuicios, háganlo realmente en
una conciencia propia del ejercicio de su libertad y háganlo poniendo a Dios
por delante.
Oren por todos aquellos países y todos aquellos grupos de separación que
creen que matando, que creen que asustando pueden recobrar un orden antiguo que
no es lo que Dios quiere. Algunos quieren volver al temor a Dios, algunos
quieren volver a dominar al hombre de tal manera en que ese hombre cumpla unas
reglas estrictas que no son realmente las de la libertad de Dios, que sus
mujeres se tapen y se escondan, y que esas mujeres sean segregadas a un último
lugar pero pueden pedir en ese orden de su
libertad que pueda haber un equilibrio donde también el valor de las mujeres se
dé, donde las mujeres no se exhiban como mercancía para que los hombres
las compren, donde las mujeres sepan el
aprecio de su condición de su propio respeto para que los hombres las respeten,
porque todo extremo es vicioso queridos hermanos y es necesario entender que
esa libertad también tienen los límites de esa cordura, de ese equilibrio, de
ese autodominio, o autogobernancia sobre cuál
es el punto que los puede hacer sentir mejor en su propio bienestar y en el
bienestar de otros; entonces oren por la paz de su país y del mundo,
pidan porque cada vez las siguientes generaciones puedan encontrar que pueden
tener un protagonismo en el mundo ante Dios sin inmolarse, sin perder su valor
y su criterio humano, sin ir a los excesos.
Porque ya saben que Dios va a dejar que ustedes vayan a un lado o al
otro en los excesos o los defectos de la vida pero que cada uno de ustedes debe encontrar cuál es su justa
medida, su justo valor y no siempre su justa medida y su justo
valor es del que tienen sentado al lado.
Bendecimos queridos hermanos lo que consumirán, bendecimos sus trabajos,
bendecimos sus proyectos, bendecimos sus peticiones sus anhelos y nos vamos con
cada uno de ustedes para sus casas. Dios los bendiga queridos hermanos en la
gracia de Dios Jesús de Nazaret.
LIÚ. Meditación esferas de luz para un regalo
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