Liu Abril 7 de 2016 .mp3
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Magio,
mensaje del Rosario Abril 7 de 2016
María Virgen
Mis hijitos y mis hijas queridos muy buenas noches, soy María Virgen
madre de Dios y madre vuestra, reciban todos ustedes mis hijos amados mi
bendición, la bendición de Dios Padre Todopoderoso. Todos ustedes mis hijitos
en la distancia reciban mi bendición y la bendición de Dios Padre Todopoderoso.
Como siempre mis hijos es una alegría poder acompañarlos en la oración.
Poder encontrar nuevas palabras desde el cielo es gratificante y hallar la luz
de Dios en caminos diferentes. El ser humano está preparado para palabras
nuevas. Está preparado para acercarse a Dios. Está preparado para romper las
barreras antiguas del pecado que eran las que le hacían sentir lejos de Dios
para poder acercarse al Padre con el perdón que deben establecer a ustedes
mismos y con el acto liberador de un Padre Celestial que nunca ha querido
cobrarles una deuda, que nunca los ha visto menos, que siempre ha querido que
en forma individual y conjunta puedan vivir en un lugar hermoso.
Esta tierra ha sido diseñada bajo la complejidad
de una aventura, bajo la complejidad de los contrastes de la vida sabiendo que
al llegar a ella están preparados para esos retos y pueden sortearlos. No vinieron a sufrir. No vinieron a pagar
deudas. No vinieron a pagar lo que sus antepasados en su equivocación hayan
podido cometer. No hay una sola razón para que ustedes sigan ocultándole la
cara a Dios, para que se siguen sintiendo culpables, se sigan sintiendo
abandonados, para que se sigan sintiendo menos frente a Dios. Cada uno de ustedes hijos de mi alma son maravillosos y
queremos que puedan sentir ese amor no solamente representado en nuestras
palabras, no solamente representado en la oración a la que correspondemos para
que puedan hallar paz mientras lo hacen; sino queacudimos
a ustedes para que el camino de la conexión con Dios esté en la Tierra. Por eso
piden una y otra vez que venga el Reino de Dios a la Tierra y que puedan
ustedes ser conscientes que todo está impregnado por la voluntad de Dios, por
el poder de Dios y por la libertad que Dios les ha dado para poder hacer de
esta tierra algo maravilloso.
Quiero por eso también mis hijos que sigan
pidiendo al Padre por su sabiduría, que sigan pidiendo al Padre por su propio
camino de felicidad, que puedan
orar por aquellos que requieren no solamente de salud, no solamente de
bienestar, no solamente de compañía sino también porque esas personas puedan
trascender y bajo la iluminación del Espíritu Santo elegir una vida diferente.
Su sola vida, la sola forma como ustedes pueden
transformar su camino para hacer su camino más alegre, algo hermoso hace que su
experiencia sea el camino a seguir por otros. A veces ni siquiera son las palabras mis hijos
las que pueden convencer a alguien, es su propia visión, su propio espejo, el
espejo de su vida que es en el cual los demás se pueden mirar pero ya no deben
tener miedo a tener todas esas cosas maravillosas de la vida, por sentir que
Dios a ustedes los bendice y a otros no, sino para que ustedes puedan sentir que pueden trasmitir plenamente el mensaje en
el espejo de su propia vida en que si ustedes pudieron encontrar un camino
hermoso los otros también pueden. Por eso nunca hemos venido a
tener en cuenta sus equivocaciones. ¡Claro que se han equivocado! y ¡claro que
se seguirán equivocando! porque es parte del
camino de la vida y está contemplado dentro del mismo juego y de las mismas
reglas que Dios ha establecido donde ustedes vienen a aprender, vienen a
experimentar, donde ustedes vienen a elegir para tomar alternativas y
pueden elegir y sentir que esas alternativas pueden no ser ese camino correcto
que los lleva hacia esa felicidad y pueden asumir que pueden tomar caminos
nuevos.
Venimos a iluminarlos y acompañarlos para que puedan brillar con luz
aquellos caminos de su merecimiento para que puedan sentir nuestra complicidad
y nuestro deseo de mostrarles cuánto los amamos, nuestro deseo de que puedan
sentir el amor de Dios en ustedes y puedan lograr todas las cosas que quieren.
Da miedo cambiar la vida. Da miedo apostarle a un mundo de felicidad. Da
miedo creer en el amor, creer en la paz, creer en un mundo hermoso, pero
ustedes no deben abandonar mis hijos el deseo de que el mundo pueda funcionar
de esa manera. Pueden abrazar la paz como también pueden abrazar la guerra,
pueden medir en su corazón de qué manera se sienten mejor, si cuando vislumbran
al futuro un país de guerra o cuando lo vislumbran al futuro un país de paz.
Ahora, no es la paz de los títulos, no es la paz de las alianzas entre
poderes, es la paz verdadera, es la paz de
Dios, es la paz bajo la cual ustedes merecen vivir y bajo la cual sus hijos merecen crecer ¡ésa es la
verdadera paz que deben abrazar! y deben
abrazar esa paz siendo ustedes agentes
de paz viviendo la paz dentro de
ustedes y haciendo que sus actos sean nobles y respetuosos y sean esos actos
los que hablen desde ustedes para obrar en forma amorosa, de forma respetuosa
por la verdad de los demás pero que también puedan decir su verdad sin que su verdad
lleve a la violencia de la oposición o de la resistencia.
Dios también les puede ayudar a que puedan sentir esa comprensión de la
paz y que puedan vivir en ella y que no le teman a ella. No le teman al amor
mis hijos porque ustedes son seres hechos
de amor, no hay uno solo de ustedes
que no haya recibido la Luz Divina y haya habido un proceso sagrado para que
ustedes pudieran nacer. Todos
ustedes son fruto de un acto mágico, sublime y amoroso que hizo que pudieran
llegar a la vida. Por eso nunca se vean a ustedes mismos como un
error, nunca sientan mis hijos que de alguna manera son corrientes, son
normales porquetodos los hijos de Dios son
supremamente especiales y porque Dios no comete errores.
Quiero hoy mis hijos de mi corazón agradecerles por permitirse llenarse
de tranquilidad bajo la oración y por despertar en su vida la esperanza.
Sabemos que muchos de ustedes están pasando por momentos difíciles, sabemos que
muchos de ustedes temen al futuro, que sienten que sus sueños todavía no se han
dado, que algunos de ustedes tienen una voz interna y una voz externa que les
hace dudar de si realmente lo que están pidiendo es correcto y si realmente lo
van a lograr pero no decaigan mis hijos, no decaigan en su fe, no decaigan en
la esperanza, no decaigan en sentir que ese futuro no es un futuro lejano pero
también vivan hoy con la tranquilidad y
con la alegría de saber que mañana se darán las cosas y que si hoy ustedes
pueden sentirse contentos, pueden sentirse tranquilos, pueden dormir bien haya
los problemas que haya, mañana va a hacer un día mejor. Porque por más que la noche sea oscura y gris siempre
el sol saldrá y siempre habrá un nuevo mañana.
Hoy vengo a acompañarlos para que mientras la noche es oscura y muchos
de ustedes se sientan pasando momentos difíciles, puedan saber que estamos
acompañándolos y puedan saber que los estamos tomando de la mano para llevarlos
a hacer sus sueños realidad, para llevarlos
a que no se les pase la vida sin haber conocido al Dios verdadero, que no se les pase la vida sin sentir que realmente son
especiales para Dios y sin sentir que son unos privilegiados y que pueden lograr muchas cosas más de la vida de
las que han logrado hoy.
Les entrego mi Manto Sagrado mis hijos para que lo porten siempre y en
todo lugar. Desciende desde Dios la fuerza la fuerza del Espíritu Santo para
darles el coraje, la valentía, la comprensión y la luz que requieren para ver
la vida diferente y para hacer de su vida algo distinto, algo maravilloso,
donde ese sentido de la maravilla está también en las cosas sencillas de la
vida.
Bendecimos en el nombre mi Hijo, en el nombre del Espíritu Santo los
alimentos que consumirán en esta noche y que los bendecimos para que no
solamente puedan alimentar sus cuerpos sino también puedan clarificar sus
espíritus. Les entrego niños de mi corazón mi bendición y la bendición de Dios
Padre Todopoderoso, con mi amor y mi gratitud por permitirme estar a su lado,
yo soy María Virgen muy buenas noches mis hijos hasta siempre.
Jesús de Nazaret
Buenas noches hermanos Jesús de Nazaret al habla.
Igual que mi Madre comparto la inmensa alegría de poder conversar con
ustedes. A veces para hablar con el Cielo
hay que enloquecer un poco y dejar de creer que el camino que los
lleva a Dios sólo está en un punto lejano de alguno de sus actos para merecer.
No está mi camino lejos del hombre, ¡yo nunca me fui! y cuando se ha
hablado de mi Resurrección no se ha hablado solamente del acto físico que
significa que volví a la vida y que me presenté a un puñado de personas. Es que mi vida sigue y mi presencia ante el hombre
sigue todos los días y va a seguir hasta el fin de los días. Por eso nunca olviden que no están solos.
Si ustedes pudieran contemplarnos queridos
hermanos somos un gran ejército de seres dispuestos desde Dios para su voluntad; si ustedes pudieran vernos estamos a sus
órdenes, por más difícil que les pueda parecer y cuando ustedes se sonrojan y
cuando ustedes se ruborizan, cuando ustedes sienten que es prepotente o que es
increíble que eso pueda ser empiezan a negar su naturaleza como hijos de Dios,
empiezan a negar un hecho real y es que han
sido hechos a su imagen y semejanza y que cada uno de ustedes es su más
maravillosa obra.
Por eso el que puedan saber que la doble funcionalidad de nosotros es la
de hacer su camino más fácil, es la
de hacer su vida más fácil y es la de mostrarles
los caminos para que la vida sea más fácil y enseñarles esos caminos hace que
ustedes puedan sentir que realmente estamos de su parte y que realmente también
estamos a su disposición. Todo lo que ustedes están viviendo queridos
hermanos no es fruto del azar, no es fruto de un castigo, no es fruto de una
posición de alguien más o de una fuerza maligna. Lo que ustedes están viviendo queridos hermanos ha sido su obra hasta
hoy y si su obra hasta hoy no les gusta, si su obra hasta hoy no
les hace sentirse orgullosos de lo que son, no los hace sentirse felices,
tienen que parar en el camino y revaluar las cosas y dejar de excusarse en las
cosas que no tienen, en las personas que no los entienden o los limitan o en el
pasado lo que han sufrido para sentir que la vida es así y no tienen nada que
hacer y que son unas víctimas.
Yo sé que les han enseñado que el camino para acercarse a Dios es el de
ser buenos y al mismo tiempo víctimas. Pero yo vengo a enseñarles un camino nuevo, un camino donde no
son buenos siendo malos con ustedes sacrificándose, donde no son buenos en la
forma como pueden entregar la vida por otros. Yo no fui bueno en el sentido del
castigo del sacrificio como el mundo quiere ver muerte. Yo elegí ese camino y lo hice con una Conciencia
Superior, lo hice para
acercarlos al Padre para que pudieran dejar de creer que tenían que hacer algo
para merecer estar al lado de Dios. Y todos ustedes queridos hermanos
tienen la posibilidad de ir al Cielo y el que no lo haga es porque no cree que
lo merece, porque no quiere, y no podemos hacer nada para evitarlo. Cuando un
ser ha actuado en forma maligna incluso siendo su naturaleza de amor, al acabar
la vida y al empezar a hacer ese acto de conciencia frente a la vida misma
entra a reconocer muchas cosas que lo hacen sentirse culpable y que bajo todas
las creencias que ha recibido le hacen no escucharnos, le hacen no vernos y hay
tan pocas personas en este lugar tratando de recibir esa enseñanza del merecimiento
del amor de Dios porque muchos prefieren escuchar las sentencias de un mundo
que se acaba, la sentencia de un Dios que te pone unas reglas y que si no las
cumple te castiga. La presencia de un Dios justiciero y la sensación de ustedes
de no me merecer nada bueno.
Todos ustedes hoy están permitiéndose rebatir esos conceptos para
abrazar nuevos conceptos de ustedes mismos, de Dios, y de la vida.
Da miedo conocer a Dios. Da miedo conocer a Dios porque tienen miedo de
conocerse a ustedes mismos porque tienen miedo a ser como Dios, como el Dios
que ustedes creen que es Dios. Tienen miedo a volverse personas poderosas,
intransigentes, que le hagan daño a otros, personas malignas porque díganme
queridos hermanos si no se reconoce una persona cuando tiene poder, si no se
reconoce el valor y el talante de una persona en esos extremos de la vida.
A veces ustedes creen que las personas sacan las garras en medio de la
riqueza pero díganme si las personas no se llenan de odio también y de
violencia en medio de la pobreza. Y la persona puede elegir si en medio de la
pobreza o en medio de la riqueza va a ser una buena persona, va a hacer las
cosas en forma correcta, en forma maravillosa.
Entonces por qué quedarse en el título
superficial de lo que significa ser pobre o ser rico como la forma de llegar a
Dios. Y mis
enseñanzas también fueron en un momento interpretadas para quienes necesitaban
escuchar esto. Para todos aquellos que en todos los tiempos olvidan el valor
del ser humano por encima de lo que puedan portar, de lo que puedan tener, y
eso sigue siendo válido en todos los tiempos pero no significa que el que
entregues todo tu dinero y te quedes pobre sea la garantía de poder encontrar
la paz de tu corazón o un hombre justo y un hombre realmente bueno porque Dios siempre va a leer si cualquiera de las cosas que
tú estás haciendo las estás haciendo realmente en conciencia o lo estás
haciendo para congraciarte con alguien.
Podemos leer sus corazones hermanos y tal vez pueden engañar muchas personas,
tal vez pueden no darse cuenta de sus propias equivocaciones y juzgar a otros,
pero no se pueden engañar a ustedes mismos,
si algo en su vida no está funcionando es porque no han entendido y tal vez
están diciendo muchas mentiras, se están mintiendo sobre lo que realmente es el
amor. Y cuántas personas creen que amar es sufrir, que aman a una persona
porque las hiere, porque les duele, o que aman a una persona porque esa persona
de alguna manera les da las migajas de su afecto y cuando están al lado de
alguien porque les hace falta, no es porque realmente le quieran, es porque
están pretendiendo que esa persona llene un espacio vacío que ustedes no pueden
llenar y yo les quiero preguntar si
realmente éso es amor.
Quiero por eso queridos hermanos que me permitan llegar a ustedes para
mostrarles sus verdades profundas; si no tienen plata es porque tienen un
impedimento frente al dinero, no importa si es mucho o es harto, no importa si
es una moneda de $100 o un Lleras de cien (el nuevo billete de $100.000), la
diferencia está en que realmente no importa qué es mucho o qué es poco sino la
relación que llegan a tener con él y la forma como pueden permitir que él
llegue a su vida y cómo lo valoran, porque el
que valora lo poco, valora lo mucho y por eso al pedirles que
permitan llegar a esas verdades profundas les quiero decir que aunque será
difícil responsabilizarse, que aunque será difícil poder darse cuenta de que
estaban viviendo en una mentira, no los dejaremos a la mitad del camino, los llevaremos
a que realmente puedan encontrar y puedan recibir en la vida todo aquello que
merecen como tanto les hemos dicho hoy pero que
muy dentro de ustedes puedan sentirse amados, puedan saber lo importantes que
son para Dios, puedan saber cuánto los respetamos hasta el punto que los
dejamos que vivan en la mentira. Hasta el punto en que los dejamos que se
apresen, que se hagan daño, que se juzguen, pero les venimos a mostrar caminos
para que ya no sienten nada de eso en su vida.
Los bendigo queridos hermanos. Los llamo a mi presencia para llevarlos a
Dios para mostrarles el camino, para que puedan también empezar ustedes a
brillar, a sentir que se dan las cosas para ustedes y que no es el sueño a
futuro que nunca se da porque muchas veces es mejor abrazar a un sueño que
saben que nunca se dará a sentir que ese sueño se puede hacer realidad porque
muchas veces temen a que las cosas se den. Y se pierdan.
¿Cuántas veces le han llegado las cosas que ustedes han pedido y en
medio de eso se asustan tratando de que alguien les pellizque a ver si es
verdad?. Como si lo que merecieran es sufrir, como si lo que merecieran es
engaño, como si lo que merecieran es dolor, traición, es decepción, y créanme
que ningún hijo de Dios merece eso.
Por eso hoy les traigo mi vida, mi compañía, les traigo mi intercesión
queridos hermanos y como siempre me autoinvito a sus casas, a no ser que
ustedes no quieran dejarme entrar en ellas. En la Gracia de mi Padre queridos
hermanos, Jesús de Nazaret al habla muy buenas noches.
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