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martes, 12 de enero de 2021

 


Encuentro ENERO Arcángel RAFAEL(vía Meet).

CONVERSATORIO 16 DE ENERO 3 pm(vía Meet) posiblemente presencial  

Inscríbete.

Rosario 7 de ENERO de 2021 

 

María Virgen

Mis hijitos y mis hijitas buenas noches, soy María Virgen madre de Dios y madre vuestra, reciban todos ustedes hijos amados mi bendición y la de Dios Padre Todopoderoso, la bendición de sus hogares, de sus familias, en el nombre del Padre, del Hijo del Espíritu Santo amén.

Hoy los acompañamos mis hijos para que puedan recuperar esa esperanza en que se van a volver a reunir, para aquellas personas que han estado en la soledad pudiendo aprender de ella de muchas formas, aceptando los cambios de la vida entendiendo que las cosas cambian, pero también para que aquellas transformaciones que están sucediendo dejen de doler en su corazón.

Entendemos esas tristezas de aquellos que están viviendo solos, de aquellos que han visto irse a sus seres queridos de una o de otra manera y que se sienten tristes sin entender esas condiciones difíciles de la vida; los ayudamos a atravesar mis hijos esas tormentas difíciles para que vuelvan a instaurar su vida en la tranquilidad, en la comprensión y en la paz que sólo puede llegar desde el orden espiritual porque si tratamos de hallar razones mentales, si tratamos de coartar las emociones, si tratamos de seguir como si nada hubiera pasado saben que en muchos momentos sentirán que sus fuerzas flaquean y que todas esas razones No son suficientes. A veces necesitan de ese ese recogimiento para volver a estar en un estado de armonía y para dejar que las heridas sanen, para acostumbrarse a esas nuevas condiciones de vida y para también en este eterno ahora confiar en que aquellas cosas que han tenido una gran dificultad en estos momentos pueden solucionarse, pueden arreglarse y pueden sentir que ganan en la confianza y tranquilidad.

Les entrego mi Manto Sagrado para que se llenen de esperanza, de alegría, para que disfruten a todas aquellas personas que están a su lado, para que puedan comprender al mismo tiempo que aquellos que se han ido y están hoy al lado del Padre celestial están gozando de ese bonito privilegio que es poder estar libres de esas preocupaciones diarias pero también conscientes del valor de la vida y de que cumplieron una misión importante por la cual sentirse en ellos tranquilos, en paz, por la cual poder sentir que realizaron su camino lo mejor que pudieron y de nuestra parte también ayudarlos a adaptarse también a esa nueva condición de vida.

Así como ustedes mis niños necesitan ese acompañamiento para entender esas penas, esos cambios, esas enfermedades, esas dificultades y necesitan de mucho amor, de la misma manera quienes se han ido y han estado en condiciones difíciles también necesitan adaptarse a su nuevo panorama de vida, saber que como niños pequeños allá o acá necesitan mucho amor y que tienen este acompañamiento de los Ángeles, de los Arcángeles, de los Maestros Espirituales que venimos a ustedes a hacer más fácil esta experiencia de vida y a que esos tránsitos difíciles y complicados puedan pasar rápidamente.

Les entrego igualmente la luz del Espíritu Santo para bendecirlos, para bendecir sus cuerpos, para bendecir sus alimentos en el nombre del amor de Dios, para que puedan recuperar la confianza que han perdido en momentos de que las cosas pueden salir bien, de que va haber para todas esas cosas que los tienen preocupados, que su entrega del agobio de lo que les preocupa de lo que les hace sentir tristes frente al futuro y a las cosas duras que han pasado se mejoran cuando saben que mañana será otro día y dejan que esa luz celestial cambie todo aquello que desde su condición humana, que desde su posición terrena no saben cómo arreglar, no saben cómo superar, no saben cómo mejorar.

Cuando respiran profundo mis hijos no solamente biológicamente están oxigenando su cuerpo sino que están permitiendo que ese alimento vital de Dios los haga sentirse mejor, los haga sentir que están recuperando ese aliento celestial que los acompaña también como una respuesta continúa del amor de Dios haciendo que ese aire haga palpitar su corazón haciendo que sean cada uno de ustedes un milagro de vida y sientan que estamos para cada uno de ustedes en forma individual en ese no tiempo en el cual podemos estar en muchos lugares, en todos los lugares al mismo tiempo en esa potestad que Dios nos ha dado para poder salirnos del tiempo y el espacio; reciban todos ustedes mis hijos la esperanza de un año que podemos construir juntos como un año bonito, donde pueden ustedes llenarse con el deseo profundo del olvido y de la sanación al mismo tiempo de todo esto que los hace sentirse asediados en la enfermedad, que los hace todos los días sentirse preocupados por todo lo que esta enfermedad ha significado para el mundo y con lo que ha hecho que entren en esa crisis colectiva.

Cierren sus ojos y visualicen a todos los que conocen estando sanos, visualícense ustedes mismos escuchando las noticias que dicen que no solamente hay una vacuna sino que hay personas sanas, curadas, que hay una solución divina todo este proceso y que hay una comprensión de esta nueva naturaleza de los virus, de las bacterias, que cuando pueden hallarlas desde el orden espiritual no necesitan padecerlas y vivirlas y pueden sentir que gran parte de su salud está asociada a esa estabilidad interna, está asociada a esa recuperación de las emociones y también a la confianza que pueden tener en que su maravilloso cuerpo, ese sofisticado cuerpo del que el ser humano ¡no conoce tantas cosas! puede fortalecerse y tiene todo en su haber para reconocer algo que le es extraño que entre en su organismo y que puede sanar y que puede superar; les entrego mis hijos mi amor infinito mi bendición y amor incondicional con todo mi amor y el de Dios y mi acompañamiento incondicional yo soy María Virgen muy buenas noches mis hijos hasta siempre.

Jesús de Nazaret

Buenas noches hermanos. En la Gracia de mi Padre, Jesús de Nazaret.

Observando como de cada situación vivida hay una creación individual en una creación colectiva donde toda esta experiencia de un acto para algunos han sido de pérdidas, de tristezas, de un retos difíciles y complicados como para otras personas han sido oportunidades, han sido regalos de avance, como para otros ha sido una oportunidad de contemplar la vida diferente y de también permitirse aceptar. Aceptar esos cambios, aceptar estas condiciones y sacarle a ese proceso una oportunidad de transformarse y de crecer a partir de esas experiencias.

Yo de mi parte queridos hermanos quiero también enseñarles que la voluntad de Dios se suma a la voluntad humana; el ser humano está evolucionando de su naturaleza temerosa a su naturaleza más alta y elevada que es la del amor; a partir de la gracia del amor, a partir de la gracia de esa hermandad, de esa condición humana de dar lo mejor de sí a otros, de poder desear también recibir lo mejor, hay una oportunidad maravillosa de ser sanados, de sanar a otros, de poder recuperarse porque si bien se han ido en medio de esta situación de enfermedad muchas personas por unas razones u otras también, son muchas las que se han recuperado y otras tantas las que se han liberado de una tortura sobre qué va a pasar mañana, sobre si va haber un techo, sobre si va haber comida, porque todo este año qué pasó debe tener la respuesta clara de que nunca hay un desamparo, de que siempre sucede algo, de que siempre aparecen en medio de las dificultades seres especiales, personas tocadas por el corazón de Dios y cuando no encontramos seres humanos a nuestro alrededor que acudan muchos de nosotros nos vestimos de seres humanos para llegar a ustedes, para poder transmitirles la confianza que requieren a veces con una bata de médico, otras veces con una túnica, otras veces como unos socios, como personas también que en un momento los ayudan a cruzar una calle a levantarse cuando están caídos, a ayudarles en los momentos en que las condiciones se hacen más preocupantes y más difíciles y los ayudamos queridos hermanos a que esos tránsitos que podían ser largos, que podían ser difíciles, que podrían ser dolorosos se pueden acortar y puedan acudir a esa enmienda, a ese deseo profundo de que no tengan que vivir de formas dolorosas y que aquellas circunstancias difíciles que han pasado se puedan comprender, se puedan superar y se pueda elegir que ya no vuelvan a ser parte de su existencia.

¿Qué va a pasar? Queremos que sepan que apostamos como lo hemos venido haciendo hace un tiempo que todo vuelva a esa normalidad de poder vivir, de poder salir, de poder correr, de poder viajar; sé que para muchos de ustedes estas cosas cotidianas empezaron a coger un valor más grande, que cuando empezaron a tener miedo de si iba a haber para la comida, de si iba a tener un techo, de si iban a perder un puesto, de cuáles eran sus condiciones a futuro hoy todo eso ya pasó, ya estamos en un nuevo año donde pueden hacer el mejor de los balances para entender que por más difíciles que hubieran sido las cosas, que por más personas que se hubieran quedado en el camino todo eso quedó atrás y hay que sanar las heridas que han quedado de las pérdidas, aceptar que también en esta vida se pierde, aceptar que también hay momentos donde por más que quieras volver a lo mismo hay una fuerza en ti más grande que te eleva y te lleva a una condición diferente y que cuando te unes a ese amor compasivo del Dios de los cielos las oportunidades y los regalos llegan.

Lo importante es que todo aquello que los hace sentir mal y mortificados puedan perdonarlo porque cuando ustedes se dan la oportunidad de observar, de entender qué duele de encontrar su propia verdad, de encontrar la verdad ajena pasa que empiezan a ablandar su corazón y a permitir entender y aceptar que ustedes se han equivocado que también como humanos han creado todo un sistema para un alto, que si bien en este momento los altos no son las guerras, los altos no son las muertes y cada vez más los hombres están dispuestos a bajar la guardia para ya no matar con una bala a nadie esperamos que también puedan avanzar lo suficiente como para no tener enemigos que hagan que sus defensas se bajen, que puedan sentir que hay una fuerza mayor superior a cualquier tipo de conspiración que puede haber en el mundo y que puedan sentir que si creen en ella o no creen en ella también pueden sentir que acceden a una realidad o a otra; aceptar que ustedes crean un mundo nuevo es permitir que en esa realidad se fortalezca la raza humana para que los virus, para que las bacterias, para que la guerra, para que la destrucción, para que el agobio, la pobreza, la falta de oportunidades, las presiones desaparezcan y puedan sentir que viven en una tierra donde los sueños son más alcanzables, donde si bien hay retos, hay dificultades no superan la posibilidad de acceder a ellos con alegría, con entusiasmo, con esperanza de que los van a superar y no en unas condiciones extremas donde terminan preguntándose qué sentido tiene vivir, donde terminan angustiados y tristes porque también hemos venido a traerles esperanza y yo en el nombre de mi Padre vengo a decirles que Dios quiere una sociedad, un mundo, un ser humano creado en una forma más segura de sí mismo, más creativo, más proactivo, un ser humano que pueda tener ese corazón de compasión y de comprensión para evolucionar conjuntamente y sentir que no es un mundo aburrido donde no pasen desastres, que no es un mundo aburrido donde no hay guerras, que no es un mundo aburrido donde todos puedan tener lo que tienen en abundancia porque si están conectados en la energía de la gratitud nunca se van a cansar de tener comida en su mesa, nunca se van a cansar de tener un techo, nunca se van a cansar de vivir en la opulencia porque cuando lo hacen en la gratitud como les digo y lo hacen en la conciencia ya no necesitan volver atrás, no necesitan ir a la barbarie, no necesitan desear que haya guerra, que haya bombas, ¿quién realmente puede extrañar la segunda guerra mundial? ¿quién realmente puede extrañar aquellos tiempos en que había toda esa barbarie de hombres que se enfrentaban cuerpo a cuerpo? y que se enfrentaban por convicciones o por absurdos o por circunstancias que era su forma de ver el poder que podían tener de una tierra o de un poder de los unos sobre otros.

Por eso hoy que la sociedad ha avanzado a una comprensión de lo absurdo de la guerra también puede avanzar en la comprensión de lo absurdo que es vivir en la preocupación del futuro, en la preocupación de si van a poder hacer las cosas, en la preocupación de lo que no pueden hacer para empezar a trabajar en forma proactiva, cada uno en forma especial, cada uno por lo que en forma individual pueden hacer por este mundo.

Pregúntense cada uno de ustedes qué están haciendo bueno, pregúntese cada uno de ustedes si está viviendo la verdad y la lealtad, si están respondiendo en forma amorosa a las necesidades de otros, si realmente están escuchando sus propias necesidades para avanzar de una forma amorosa a que la vida pueda tener ese sentido de satisfacción, de alegría, de levantarse por la mañana con gusto y sentirse contentos de ser la persona que son y no tener que vibrar en el amor como seres que mendigan, que se sienten que no son importantes, que esperan que todo el mundo los vanaglorie y les diga que ustedes son importantes.

Si bien el reconocimiento es válido, es importante como parte de una hermandad no debe ser la fuente principal porque si tú sabes quién eres tú, si tú te sientes como una persona completa, si tú te sientes como una persona especial eso será lo que proyectarás en los demás y eso será lo que recibirás de otras personas, porque no puedes pretender que todos te apoyen cuando cada uno puede tener su punto de vista, porque no puedes pretender que los demás sean los que marquen tu dirección de vida porque ya ha sido demasiado el tiempo en que los demás te han dicho qué estudiar, en que los demás te han dicho cómo vivir, en que los demás te han dicho cómo amar, cuando establecer una condición de vida y es el momento de que cualquier cosa que tú hagas no la hagas ni en La rebeldía, ni en la aceptación sumisa de algo que no está bajo la convicción de tu libertad, por eso he venido hermanos a que ustedes puedan encontrar esa libertad y puedan sentir nuestro acompañamiento para que esa libertad valga la pena, valga la pena para vivir por una causa después de que el ser humano sintió por muchos años que realmente valer la pena era morir por algo, hagan la pena hagan que valga la pena vivir, haga que valga la pena su propia existencia, haga que valga la pena la existencia de otros y hagan que todos los días ustedes puedan hacer algo por ustedes mismos bueno Y algo bueno por los demás.

Buenas noches hermanos fíjense esto como propósito para este nuevo año, con todo mi amor y el amor de mi Padre Jesús de Nazaret muy buenas noches.

Liú, meditación guiada.

Muy buenas noches Yo soy Liú. Venimos a equilibrar la energía, a subir esta energía a un punto elevado donde puedan conectarse con el canto de la vida, con el canto de los pájaros y con la confianza; a veces necesitas hacer un silencio que haga que su mente entre en una vibración diferente, que en esa vibración diferente sus ondas cerebrales en vibración con su corazón y su cuerpo empiece a hacerlos sentir más sanos.

Vamos a unir el dedo corazón y el dedo pulgar y vamos a descansar nuestras manos sobre nuestras piernas, vamos a vibrar en tono bajo conectando con el sonido….

(ver el ejercicio completo en el video  de you tuve canal magio ángeles ii.

Les dejo mi mejor energía y me llevo la de ustedes yo soy Liú.

Escribe o cuéntanos de tu anécdota con tu Ángel, la envías al correo unahistoriadeangeles@gmail.com  y la publicaremos en el blog 


unahistoriadeangelesparati.blogspot.com

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