María Virgen
Mis hijitos y
mis hijitas muy buenas noches soy María Virgen madre de Dios y madre vuestra. Reciban
hijos amados presentes y en la distancia, mi bendición, la bendición de Dios
Padre Todopoderoso.
Hoy mis hijos
de mi alma tengo la intención de que cada uno de ustedes se sintonice con su
salud. Cuando nosotros hablamos de la salud no sólo estamos hablando de la que
corresponde al cuerpo; estamos también hablando de la salud de sus emociones,
de la salud de su mente, de la salud de su espíritu porque ustedes son seres
integrales.
Y recordando lo
maravilloso e importante que es el cuerpo físico quiero que hoy lo bendigan,
que ustedes puedan hoy dar gracias por ese vehículo maravilloso. Muchas veces
se olvidan de él, otras tantas veces tienen disgustos con algunas partes de su
cuerpo y sólo en aquellos momentos en que pueden estar frágiles en su salud
física es que suelen apreciar la importancia de un cuerpo sano.
Hoy quiero que
sepan mis hijos todos, que son
merecedores de la sanación de Dios hoy estamos haciendo este Rosario
ustedes con esta intención de su sanación y de su recuperación; orar todos un
mismo fin logra que haya esos milagros no porque Dios no pueda bendecirlos en
forma individual sino porque muchas veces esa fragilidad se llena en la
compañía de todos viviendo en un mismo fin.
Quiero que cada
uno de ustedes mis hijos donde se encuentren en este mundo se sintonicen con su
cuerpo, se sintonicen con las dolencias que hayan tenido en forma recurrente,
con esas enfermedades que los han venido agobiando, de la misma manera que se
sintonicen con esas heridas del corazón que provienen de todas las experiencias
que no han podido procesar en su vida.
Quiero que igualmente
se sintonicen en su pensamiento y permitan sanar todas aquellas creencias
limitadas y distorsionadas de la vida incluso aquellas de no sentirse
merecedores del amor de Dios. Sintonícense espiritualmente en este momento en darle
a Dios la potestad suficiente para que sean sanados, para que todo aquello que
los está mortificando en su ser pueda recuperarse y pueda irse y puedan ser ese
testimonio de Dios viviente, ese testimonio de un Dios bueno que quiere
sanarles y que si hasta el momento no ha intercedido como ustedes lo esperaban
es porque de alguna manera no habían podido entender y comprender que su voluntad
es amorosa y que la
voluntad amorosa de Dios hace que todos los obstáculos, que todas las
enfermedades puedan ser sanadas porque nunca niños de mi alma hay una
sola enfermedad que Dios no pueda curar y cuando ustedes se llenan de amor y
dejan que su corazón sea el que hable con sinceridad puedan pedirle al Padre una recuperación: siempre son sanados. Hoy
entregamos desde Dios su sanación, hoy estamos diciendo que la voluntad del Padre
es que sean sanos y que puedan ser ese
testimonio para el mundo de ese Padre bueno que los escucha.
Hoy traemos mis
hijos está bendición a ustedes y escuchamos en todos los obstáculos de la vida
las oraciones que han traído, las peticiones que han elevado para que puedan
sentirse bien, recuerden que están rodeados por muchas personas enfermas en el corazón,
con depresión y tristezas agobiantes que casi ni los deja respirar igual que lo
hace un dolor físico; estamos hablando de esa sanación de aquellas personas que
han estado pensando en el suicidio, que han estado pensando en terminar la vida,
que han sentido una inmensa soledad y que sienten que Dios no los escucha, por
eso venimos a acompañarlos y que nuestra presencia que esta presencia de la
oración que están haciendo en esta noche represente el milagro que cada uno
está pidiendo para su vida.
Les entregamos
mis niños de mi alma mi Manto Sagrado para que lo porten siempre, lo porten en
todo lugar; de la misma manera estamos bendiciendo los alimentos que consumirán
los que han consagrado y recordarles mis hijos que cuando ustedes bendicen los
alimentos, cualquier toxicidad se va en pos del amor que sana y que limpia y
que hace que los alimentos sean sagrados.
Reciban hijos
de mi corazón mi bendición, la de Dios Padre Todopoderoso, con todo mi amor y
el de Dios soy María Virgen muy buenas noches mis hijos, hasta siempre.
Jesús
de Nazaret
Buenas noches hermanos. En la Gracia de mi Padre
Jesús de Nazaret.
Nos preguntamos un momento desde la condición humana
¿por qué los milagros no son tan seguidos? y es porque detrás de cada milagro hermanos está la libertad
de cada ser humano, el ser humano ha aprendido a desconfiar y a vivir en
una realidad limitada que les impide creer que todo puede ser posible y
especialmente que todo puede ser posible bajo la luz de Dios y bajo el amor que
Dios les tiene; por eso hemos querido proponerles a ustedes que le den a Dios la
potestad de sanación porque aunque mi Madre hablaba ahora del cuerpo físico, tal
vez hay otra cosa que
aprender a sanar y es la confianza, la dureza que tienen en el corazón de creer que es posible.
La diferencia queridos hermanos entre el niño y el
adulto es que el niño cree.
El niño tiene infinitas posibilidades más de lograr
las cosas que el adulto que de alguna manera no quiere sufrir soñando pero que
sufre una realidad que es peor que el sueño y por eso hemos venido a decirles
que nos tienen a nosotros para incrementar su fe, nosotros no pretendemos
queridos hermanos que ustedes crean sin ver pero cuántas cosas han sucedido en
su vida que deberían ser catalogadas como milagros y cuántas cosas han sucedido
en este mundo que son milagrosas y que ustedes consideran cuentos e historias
de alguien más.
Tengan la
valentía y tengan la fortaleza al mismo tiempo de pedirle a Dios un milagro ¡el
que sea! son ustedes quienes deciden cuándo merecen un milagro, suelen
suceder milagros cuando el ser humano no tiene nada más que hacer y cuando se
ha quedado sin razones, cuando se ha quedado sin fuerzas, cuando está sintiendo
que ya no tiene ninguna opción más que dejar que Dios haga su obra en sus vidas
y precisamente ahí es donde se da el milagro donde ustedes realmente ya no
tienen nada más que perder que no hayan perdido y todo viene en ganancia porque
dejan que Dios actúe en sus vidas.
Por eso aunque pueda parecer absurdo venimos a
pedirles permiso para sanarles y ustedes dirán “Dios no necesita el permiso para sanarme” pero resulta que Dios les
ha dado la libertad, que ustedes tienen el total derecho de estar bien o el
total derecho de estar mal y eso significa empezar a darle un protagonismo a
Dios en sus vidas; si ustedes son escépticos, si a ustedes les cuesta creer en
lo que sea que estén pidiendo, pídanle a Dios que les muestre, pídanle a Dios
que acreciente su fe en una realidad porque la fe se construye a partir de esa
realidad, la fe se construye a partir de esas experiencias divinas y sin ánimo
de sarcasmo quiero decirles queridos hermanos que si ustedes le van a pedir un
milagro a Dios, que sea Él quien los cure para no tener amnesia porque después
olvidan el milagro que Dios les concedió y no es que les pasemos factura y no
es que estemos diciéndoles que son unos desagradecidos porque pareciera que eso
es lo que estoy diciendo, les estoy diciendo que ese milagro que ustedes
reciben en un momento de Dios les de la fuerza en el futuro para que cuando tengan
algún reto de vida se acuerden de esta situación que le pidieron a Dios y que
Dios la materializó para que sea la fuerza de ahí en adelante de poder seguir
recibiendo los milagros uno tras otro y no tienen que esperar queridos hermanos
a estar al límite de la vida y con el agua al cuello ni tienen que hacer una
cola detrás de quienes tienen más prioridad como en una clínica de urgencias
sino que pueden realmente confiar en que tal vez lo que ustedes le están
pidiendo a Dios puede no ser importante para otros, puede no ser vital en la
supervivencia como que en este momento estén muriendo de algo, pero para
ustedes es muy importante porque para lo que para ustedes queridos hermanos es
importante, para Dios también lo es.
Por eso venimos para ofrecernos a ustedes como
testimonio de Dios a decirles que aunque cueste para ustedes creer en los cinco
sentidos que estamos ahí, existimos
y estamos y un día ustedes lo creyeron como niños y los estamos
estimulando y les estamos dando razones para que vuelvan a creer como niños y
vuelvan a entrar en el Reino de Dios desde la Tierra misma porque para entrar
en el Reino de Dios no necesariamente tienen que morir y no olviden queridos
hermanos que todos tienen el cielo ganado por derecho propio, por ser hijos de
Dios exclusivamente independientemente de su comportamiento.
Los bendecimos queridos hermanos y les traemos la
luz del Padre y esperamos que cada uno de ustedes pueda ser testimonio de vida,
ese testimonio de sanación, ese testimonio de recuperación de su fe para poder
estimular a tantos que están perdidos en la oscuridad de la realidad, que están
perdidos en el escepticismo, están perdidos en el pasado, están perdidos en el
agobio del futuro.
Dios los
bendiga, en la Gracia de mi Padre para acompañarlos siempre Jesús de Nazaret.
Liú Meditación
“Muy buenas noches yo soy Liú, vamos a poner las manos al frente y vamos a continuar con el ejercicio que comenzamos con la señora del Cielo, la Virgen María al comienzo de nuestra oración.
“Muy buenas noches yo soy Liú, vamos a poner las manos al frente y vamos a continuar con el ejercicio que comenzamos con la señora del Cielo, la Virgen María al comienzo de nuestra oración.
Comenzamos pidiéndole perdón a nuestro cuerpo, por mirar
aquellas zonas con las que hemos estado teniendo conflicto y bendecirlas y
darles todo nuestro amor, que puedan ir igualmente a esas zonas que están en
este momento doliendo, afectadas, bajo esta energía del perdón pedirle al Padre
del cielo que los sane. Se visualizan totalmente dispuestos a recuperarse, se
visualizan atendidos por Dios, tocados por Él con su amor, con su Corte
Celestial con su Corte Médica, sienten todo ese amor para recuperarse y
visualizan todas aquellas cosas que han estado enfermas, que han estado mal, se
imaginan recibiendo exámenes médicos donde todo parece normal.… ” (sigue
el ejercicio.)
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