Rosario Abril 18 de 2019 (Jueves Santo)
María Virgen
Mis hijitos y mis hijitas muy buenas noches soy María Virgen madre de
Dios y madre vuestra. Reciban hijos amados presentes y en la distancia, mi
bendición, la bendición, de Dios Padre Todopoderoso.
Hoy mis hijos estamos conmemorando es hermoso recuerdo de la Ascensión del hombre a su
conciencia espiritual, de ese acompañamiento de mi Hijo hizo al hombre
para poder entender que su
naturaleza maravillosa es algo que nunca se gana por mérito sino que es parte
de su misma naturaleza creada y por eso este acompañamiento que mi Hijo hizo
al hombre es la respuesta del profundo amor que Dios tiene por sus hijos, del respeto por la libertad
y en ese respeto por la libertad el que mi Hijo pudiera hacer su obra en este
mundo haciéndoles conocer quién es el Dios del amor hizo más grande a ese Padre
bueno que entendió que en su momento esa experiencia de la vida para mi Hijo debería
ser completa.
Seguimos acompañando a la humanidad para que todos se transformen en
nosotros, no porque dejen de ser ustedes sino porque puedan sentir que tienen la misma grandeza, el
mismo mérito ante Dios por todo el amor que Él les tiene y por todo el derecho
que tienen de poder hacer de su vida algo grande y maravilloso y poder sentir
que la experimentación de la Tierra vale la pena porque es una hermosa
oportunidad de conocer y de hacer parte de un planeta maravilloso.
Hoy mis hijos quiero orar por cada uno de ustedes para que despierten
esa grandeza desde el espíritu de lo que pueden lograr en este mundo, que la
alegría renazca, que la confianza renazca, que puedan dejar de obrar bajo el
miedo y puedan empezar a
sentir que el amor hace milagros, en el amor siguen naciendo niños, que
en el amor la naturaleza se restaura, que en el amor todo puede ser perdonado y
todo pasado puede ser superado, que el amor pueden pasar de ese camino de
supervivencia donde todo está en duda, donde todo está en agobio a un hermoso
camino de grandeza y de supremacía como hijos de Dios; oro por cada una de esas
peticiones que han traído desde su corazón, por esos seres amados que hoy están
en dificultades, en conflicto, enfermos, lejanos, privados de su libertad, por
aquellos hijos que están pasando por el absurdo de no saber qué sentido tiene
la vida y si vale la pena seguir viviendo; por aquellos que son oprimidos que
están en medio de los conflictos sin poder lograr tener lo que necesitan para
una existencia grata y maravillosa, por aquellos que no tienen comida, por
aquellos que no tienen un techo, por aquellos que viven bajo la zozobra de la
muerte, de la destrucción y de los conflictos; oro mis hijos y les pido oración por todas aquellas
personas que hoy están en dificultades en este mundo, porque sus
dirigentes puedan seguir creciendo en la comprensión, puedan entender que hay
caminos diferentes a los del odio, a los de la desinformación, a los del
descrédito para poder lograr las cosas que también todos aquellos que son
revestidos por el poder puedan hacerlo en servicio, puedan respetar el
bienestar de todos y puedan vivir en esa verdad amorosa, respetuosa de cada uno.
Oro porque sus sueños mis hijos se hagan realidad y porque puedan cumplir con
las obligaciones financieras, monetarias, porque también puedan tener la
confianza suficiente en que al Dios tener la potestad de todo, todo será
solucionado, todo mejorará, porque así como un día todo empezó a venir mal,
también todo tendrá solución si confían en que todo va estar bien y confían y
entregan en esa Justicia Divina que todo lo repara, que todo lo lleva bajo el
amor a que no haya perdedores, sino que todos puedan encontrar ese lugar en
este mundo donde se puedan sentir mejor.
Les entregó niños de mi alma mi Manto Sagrado para que lo porten
siempre; mi agradecimiento por su amor, mi agradecimiento por sus oraciones, mi
agradecimiento por permitirnos ser parte de sus hogares, de sus hijos, por la
consagración que hacen todos los días de sus vidas, de sus trabajos porque
siempre estamos ahí y de muchas maneras en cada uno de esos conceptos
religiosos diferentes o espirituales hay un maestro para cada doctrina, hay un
maestro espiritual que siempre está acompañándolos para hacer de su camino algo
más fácil.
Reciban todos ustedes mis hijitos de mi corazón mi bendición y la de
Dios Padre Todopoderoso, también para mis hijos en la distancia en Padre, Hijo y
Espíritu Santo, Dios los bendiga mis hijos con todo mi amor y mi gratitud yo
soy María Virgen.
Jesús de Nazaret
Buenas noches hermanos. En
la Gracia de mi Padre Jesús de Nazaret.
Bueno han pasado más de 2000 años de ese momento final de mi vida y hay
muchas conjeturas, muchas preguntas que no tienen desde el orden terreno la
respuesta que ustedes quisieran tener, pero yo les sumo mis queridos hermanos
este paso por la Tierra como una maravillosa oportunidad de conocer la
maravillosa raza humana y haber hecho parte de ella, haber podido acompañarlos
en la experiencia fue muy importante para mí, fue muy importante saber qué se
sentía nacer en forma natural del vientre de una madre y morir en forma natural
como todos los seres humanos lo hacen para entender el tránsito entre la vida y
la muerte; realmente ése
fue el verdadero objetivo: comprenderlos y al mismo tiempo mi objetivo fue
acercarlos a Dios para que pudieran tener también una conciencia más clara de
todo el amor que este Creador tiene o que como algunos llaman esa fuerza
creadora tiene.
Por eso para mí es importante que se liberen de las culpas, que se
liberen de los prejuicios que han venido marcando la limitación del ser humano
creyendo que no son dignos de ese amor de Dios, que son una mala raza, que son
traicioneros, que no merecieron mi amor, libres de todo eso y comprendan que
todo lo que yo viví fue perfecto, que en mi comprensión sabía que ustedes iban
a seguirme como lo hicieron durante mucho tiempo sintiendo que podían encontrar
un ideal y trascender a tantas cosas duras que la evolución de la Tierra ha
conllevado, pero también sé que seré ese compañero del despertar aún más grande
espiritual para entender las diferencias de cada hombre, las oportunidades que
también tienen siempre de transformar las cosas y volver a intentarlo de formas
diferentes más de una vez. Entonces de mi parte queridos hermanos, no hay nada que perdonar porque nunca
han sido culpables y nunca lo serán ante los ojos de Dios; nunca lo han
ofendido, nunca me ofendieron, yo entiendo que necesitaban aquellos de mis
tiempos saber si realmente yo era cierto y no lo iban a poder vivir del todo
quienes tenían tantos prejuicios, quienes no querían escuchar, quienes no
querían ver, pero sé que muchos han permitido que yo cale en su corazón, que yo
pueda traerles ese conocimiento del amor de Dios, pero no tanto mental como de un
sentimiento profundo de compañía de empatía y de grandiosidad, por eso
quiero que sientan que estos días de reflexión deben servir para que ustedes se
perdonen, se liberen de tanto juzgamiento propio del pasado, de si hicieron o
no hicieron o cómo se supone que ustedes deberían vivir o cómo se supone que
pueden agradar a Dios; un hijo agrada sus padres siendo él así no haga nada; un
hijo agrada sus padres incluso en esos momentos duros y difíciles porque el
amor queridos hermanos nunca es un amor que se compra, nunca es un amor se gana,
a veces ustedes aman a personas que no han hecho méritos con ustedes y el amor
sigue estando ahí y por eso aunque sabemos que el amor se pueda resentir con
actos dolorosos, con actos difíciles, el verdadero amor sigue estando intacto
como un diamante que no se corrompe, por ello mis hermanos este amor que Dios
tiene por ustedes y que nosotros tenemos por ustedes nunca cambia, son a veces
ustedes los que se sienten culpables, se alejan, son ustedes quienes se sienten
bravos pero incluso en todos los momentos de lejanía o de rabia nosotros los comprendemos
y si nosotros como algunos dicen hermanos mayores los comprendemos pues, no los
va a comprender el que los creó, el que creó la naturaleza humana y sabe hasta
dónde puede ir un ser humano, hasta dónde puede llegar y por eso queremos
convocar en ustedes esa alegría de la vida y su grandeza, que la festejen, que cuando hablen de mi muerte
tengan en cuenta que lo que yo quise enseñarles es que la vida se transforma
pero que la vida sigue y volví de entre los muertos para decirles: “Tranquilos todo es perdonado, tranquilos
todos vuelven a esa casa de donde en día salieron, a donde pertenecen”
porque si se ponen a pensar ha sido más el tiempo que ustedes no han estado en
este mundo que el que están acá y sí tienen una misión y sí tienen una
responsabilidad ante ustedes mismos y es que el pasar por este mundo valga la
pena, los hagan felices.
Ser felices queridos hermanos es una decisión, es desear y actuar
frente a la vida con esa entereza de saber que están acá un tiempo y que vale
la pena que ese tiempo que estén acá lo utilicen de la mejor manera sintiéndose
contentos, felices, como un padre puede ver a un hijo y puede querer que un
hijo vaya y disfrute su escuela, disfrute una fiesta y por eso hoy vengo a
quitar de su corazón el luto y vengo a quitar de su corazón ese remordimiento y
la culpa.
Bendecimos para los presentes y en la distancia los alimentos y los
acompañamos en estos días de reflexión; sabemos que hoy en necesitan un
alimento especial para sentirse con una mayor energía, con una mayor
disponibilidad para seguir y también tomen estos días como descanso y
ofréndenle a Dios confianza, ofréndenle a Dios que van a confiar en que Él se
encargará de todo aquello que los ha tenido preocupados durante este tiempo.
Dios los bendiga queridos hermanos para bendecirlos, para sanarlos de muchas
formas, yo soy Jesús de Nazaret muy buenas noches.
Liú Meditación “Muy buenas noches yo soy Liú, vamos a
cerrar nuestros ojitos vamos a respirar profundo y nos vamos a ubicar jugando
con el tiempo y la imaginación en un espacio del pasado en esa Última Cena.
Vemos cómo Jesús no se
extiende la mano, nos da la bienvenida y celebra con nosotros, celebra la vida,
celebra la transformación, celebra la individualidad, celebra los placeres de vivir
en cómo está la comida, la bebida y empiezan a sentir en su corazón tranquilidad,
confianza, alegría y aunque están en ese espacio del pasado Él transmite un mensaje y es que
nunca los va a dejar solos, que siempre va a estar ahí y a cada uno de
ustedes les da un regalo con esa amplia y hermosa sonrisa les dice “Te traje a Dios mismo manifestado en el Espíritu
Santo” ese Espíritu Santo que se
vuelve para ustedes gozo, alegría, confianza, plenitud, sienten que todas las
dificultades, todas las incertidumbres, todos los problemas ya fueron
solucionados; sienten que están llenos, que están completos, desaparece la
ansiedad de la supervivencia, ansiedad del futuro, ansiedad de si van a estar
sanos o no, desaparece la ansiedad por aquellos seres queridos, por su futuro, todo se vuelve confianza,
y sienten al mismo tiempo como todas las preguntas están resueltas, este Espíritu
Santo los llena de energía, de vida, de valor, de ideales para seguir, les hace
sentir que cada momento en la Tierra vale la pena, les hace sentir su propia
grandeza, se sienten que pertenecen, se sienten importantes, se sienten
valiosos, se sienten parte de una familia, ya no están buscando nada, ya no
están errantes, ya no están vacíos.
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